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Las ayudas oficiales y las continuas muestras de solidaridad que han empezado a recibir los más de 400 damnificados por el incendio de un bloque de viviendas en el barrio de Campanar de València se abren camino entre el drama que supuso la pérdida de 10 vidas y el borrado completo de cientos de historias familiares cuando se cumple una semana de la tragedia.

El acompañamiento del Ayuntamiento de València ha sido constante para los afectados por el incendio, que han pasado de los nervios y la desorientación de los primeros instantes a disponer de viviendas cedidas por el Consistorio y una asistencia y atención multidisciplinar para cualquier necesidad.

Renovar el DNI, nuevas tarjetas sanitarias, un duplicado de la llave del coche, ropa y kits de higiene, bonos de transportes, contacto con las embajadas, certificados del padrón, las hipotecas, gestionar las ayudas de la Generalitat o los seguros, las dudas jurídicas y tributarias, atención psicológica o conseguir juguetes para los niños.

De todo ello, y de cualquier necesidad que haya surgido en estos siete días, se ha encargado el Ayuntamiento de València, con el apoyo del resto de administraciones, en la ventanilla única que al día siguiente del incendio se instaló en el edificio municipal de Tabacalera y hablando con la entidad que fuera necesario -concesionarios, bancos o compañías de seguros- para facilitar cualquier necesidad.

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El objetivo era que evitar que los afectados fueran "dando tumbos" y que tuvieran "atención personalizada en todo lo necesario desde diferentes perspectivas".

Así lo explican a EFE las concejalas Julia Climent, encargada de coordinar el operativo municipal, que ha movilizado a más de 650 personas de sus servicios, y Paula Llobet, que ha vivido en primera persona las necesidades de los afectados por el incendio que fueron realojados en un hotel de la ciudad.

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La concejala de Innovación y Tecnología, Paula Llobet, explica a EFE que tras declarase el incendio, la prioridad era buscar un hotel en la ciudad que pudiera alojar a un centenar de personas y para disponer en un único punto de toda la asistencia psicológica, médica y farmacéutica de las primeras horas.

Y consiguieron uno que "además estaba muy cerca de Tabacalera y los afectados podían ir andando para resolver cualquier cuestión administrativa en apenas 7 minutos", valora.

Llobet acompañaba a los afectados en el desayuno y luego volvía a estar con ellos durante la cena y durante todo el día disponían de un equipo de psicólogos de los servicios sociales para lo que pudieran necesitar. "Me tenían a mano y me preguntaban directamente y me pedían lo que querían", explica.

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En el hotel se habilitó una sala con prendas, zapatos, ropa interior y productos de higiene, y un salón independiente para desayunos, comidas y cenas, que les evitaba "coincidir con otros clientes".

El hecho de estar todos juntos podía provocar que los niños presenciaran "situaciones dramáticas" y por eso se facilitó que los menores se fueran durante el día con familiares y amigos a "otros entornos", cuenta la edil, quien detalla además que había quince menores, desde un bebé de meses hasta una niña de 14 años o unos mellizos de 13.

También ha sido difícil atender a los extranjeros, un 30 % de los realojados en el hotel, según Llobet, que explica que había un japonés, personas de Bielorrusia y de Perú y un grupo más numeroso de ucranianos, que no sabía inglés y que requirió la presencia del cónsul.

La tercera teniente de alcalde, Julia Climent, concreta que había personas de Brasil, Rusia, Ucrania, Perú, Portugal, Chile, Polonia y Rumanía. A algunos se les ha gestionado el viaje en tren a su embajada para solucionar algunos trámites.

Tras el realojo de las familias en las viviendas del edificio municipal de Safranar, quedan en el hotel dos casos de personas que tenían otro alquiler a partir del 1 de marzo, explica Paula Llobet.

Un total de 70 viviendas del edificio municipal habilitado por el Ayuntamiento de València para acoger a las familias afectadas por el incendio de Campanar, ocurrido el pasado jueves, ya están ocupadas por 131 personas adultas y 38 menores, según ha informado el consistorio en un comunicado.

Los afectados comenzaron a trasladarse a este inmueble del distrito de Patraix el pasado lunes --un edificio de 131 viviendas que adquirió recientemente el consistorio por derecho de tanteo para destinarlo a alquiler asequible--, una vez concluidos los trabajos de adecuación de los pisos que han llevado a cabo una treintena de trabajadores de la Concejalía de Vivienda y Urbanismo que, desde el pasado viernes por la tarde y durante todo el fin de semana, han trabajado voluntariamente para dotar a estos hogares de los servicios de luz y agua.

Punto único de atención para meses

La concejala Climent asegura que no se ha marcado un plazo concreto de funcionamiento del punto único de atención del edificio de Tabacalera y estará "abierto hasta que la gente lo deje de necesitar. Por lo menos, todo marzo. No con este volumen de personal atendiendo, pero estará semanas o incluso meses", asegura.

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Para Climent, fue "especialmente complicado" el fin de semana porque "había que coordinar a gente de diferentes servicios y competencias" en el punto único.

Una de las cosas que más dificultad ha conllevado ha sido hacer un registro de afectados. "Ha sido un trabajo de trastienda, toda la información se tenía que procesar para que el censo fuera lo más preciso posible y que nada se solapara. Cuántas personas había en cada vivienda, cuántos eran niños, cuántas personas mayores... Es importante porque en base a ese censo se darán las ayudas".

"Al principio fue complicado porque las personas estaban en 'shock', venían llorosos, nerviosos y desorientados pero eso se ha ido calmando con la ayuda de los servicios sociales. Ahora una vez solucionado el tema de la vivienda, vendrán las cuestiones económicas y técnicas", afirma.