Algeciras se ha convertido en un auténtico polvorín. Reyertas, agresiones a guardias civiles y actividades relacionadas con el narcotráfico y que causaron la muerte de un niño esta semana, son sÓlo signos de la violencia que impera en la zona y que no se detiene. La última operación de la Guardia Civil se ha saldado con la intervención de más de 7 toneladas de hachís.