El Hospital Clínic de Barcelona ha implantado el marcapasos más pequeño del mundo a cuatro pacientes, una cápsula de diámetro similar a una moneda de euro, sin cables y sin batería subcutánea, como parte de un estudio internacional en el que participan diez hospitales para determinar la validez del nuevo dispositivo.
En rueda de prensa, el director de Arritmias del Clínic, Lluís Mont, ha considerado que el nuevo marcapasos puede representar un "cambio de era" en el tratamiento de las cardiopatías, al representar un avance tecnológico importante respecto al mecanismo actual, aunque de momento solo puede estimular una única cámara del corazón y es preciso ser prudente para demostrar su validez, ha explicado.
El estudio inicial en marcha contempla la implantación de 60 de estos marcapasos -fabricados por la empresa Medtronic- en una decena de centros en todo el mundo --seis en Europa, tres en Asia y uno en EE.UU.-- y en una segunda fase se extenderá a 300 enfermos y una treintena de centros, de los que el Clínic será el único hospital de España.
El nuevo marcapasos, que mide 24 milímetros, se implanta a través de la vena femoral mediante un catéter que lo deposita directamente en el interior del ventrículo derecho, y una vez allí éste se adhiere mediante cuatro pequeños anzuelos a la pared del corazón, lo que permite que la operación se puede realizar en solo media hora, elimina las marcas de la cirugía tradicional y reduce las probabilidades de infección.
"Estamos en fase de demostrar que funciona bien, sin ningún problema", ha resaltado el director médico del Clínic, Josep Brugada, quien ha recordado que en España se implantan alrededor de 500 marcapasos por millón de habitantes cada año --unos 3.500 en el caso de Catalunya-- y, aunque no todos los enfermos son tributarios del nuevo sistema, éste sí permite vislumbrar cómo serán los dispositivos del futuro.
INFECCIONES
Brugada ha explicado que las infecciones en los marcapasos tradicionales no llegan al 1%, aunque cuando es necesario un reimplante porque éste agota su batería el riesgo es más elevado, y por ello el nuevo mecanismo "puede ser beneficioso", aunque también ha señalado que el principal riesgo por el momento es que éste no se implante bien en el lugar adecuado.
Mont ha añadido que la posibilidad de no realizar una cirugía representa un "salto tecnológico disruptivo con la tradición", ya que además también transmite información a través de Internet y permite saber a distancia qué esta pasando en organismo.
A pesar de ello, ha incidido en que serán necesarios entre dos y tres años para demostrar en fase clínica la validez del dispositivo, ya que aunque el mecanismo tiene una vida útil de unos diez años ésta puede bajar a tan solo cuatro en función de la energía que consuma, y de momento solo se implanta a pacientes que no dependan al 100% del marcapasos.
En la fase del estudio los marcapasos no cuestan dinero -están facilitados por la empresa-, por lo que tanto como Brugada como Mont han considerado prematuro adelantar el precio de mercado que tendrían.
También en rueda de prensa, Ramon Grau, paciente de 73 años que es uno de los cuatro que ha recibido el implante en el Clínic, ha destacado que se trata de una "experiencia muy positiva" que le ha permitido seguir con su vida normal, y que incluye caminatas y partidas de petanca.
El hombre, controlado desde 2002 por arritimias en el corazón, recibió en noviembre tras un ecocardiograma de rutina la advertencia de que debería colocarse un marcapasos, y dado que esta recomendación "no era de máxima urgencia", ha recordado Brugada, el hombre accedió a probar el nuevo dispositivo.