Greenpeace "declara la guerra" a la moda rápida por el 'Black Friday'

  • La población compra ahora un 60% más prendas y las conserva la mitad de tiempo que hace 15 años

Greenpeace ha reclamado con motivo del Black Friday "tiempo muerto" por las serias consecuencias ambientales del alto consumo de "moda rápida", puesto que la ropa es casi el producto más vendido en este día de compras que se promueve en muchos países y en el que "se anima al gasto excesivo y las compras innecesarias gracias a las gangas y los descuentos".

Esta organización ha presentado una nueva investigación sobre las tendencias de la moda y los residuos textiles, que resalta que "el negocio de la moda rápida se expande a gran velocidad", ya que la producción de ropa casi se ha duplicado en este siglo.

Así, las ventas aumentaron de un billón de dólares en 2002 a 1,8 billones en 2015, y con una proyección de 2,1 billones para 2025. De media, una persona compra un 60% más de prendas de ropa cada año y las conserva la mitad de tiempo que hace 15 años, lo que produce inmensos volúmenes de residuos textiles, según Greenpeace.

Los impactos ambientales detallados en el informe incluyen las sustancias químicas que se vierten desde las fábricas textiles y que contaminan ríos y océanos, los elevados niveles de energía que se utilizan y los pesticidas del cultivo del algodón que contaminan la tierra agrícola.

"EL RECICLAJE NO ES LA SOLUCIÓN

Por otro lado, el informe recalca que uno de los mayores costes para el planeta de la moda rápida es el aumento en el uso de fibras sintéticas, en particular del poliéster, que emite cerca de tres veces más dióxido de carbono (CO2) en todo su ciclo de vida que el algodón. Esta fibra sintética, que se encuentra presente en el 60% de la ropa, puede tardar décadas en degradarse y contamina el medio marino con microfibras plásticas que entran en la cadena alimentaria.

"Es difícil resistirse a la fascinación de una buena oferta, pero la moda rápida significa que estamos consumiendo y tirando ropa a un ritmo más alto del que nuestro planeta puede soportar", comentó Kristen Brodde, responsable de la campaña 'Detox my Fashion', de Greenpeace Alemania.

El informe indica que "el reciclaje no es una solución" porque los mercados están sobrecargados de ropa desechada y los retos tecnológicos que impliquen el reciclado total de la ropa para adquirir nuevas fibras están aún muy lejos de ser comercialmente viables.

"Nuestra investigación indica que los sistemas de ropa de segunda mano están al borde del colapso", aseguró Brodde, quien añadió: "Las marcas de ropa necesitan repensar con urgencia su modelo de negocio de 'usar y tirar' y producir ropa que sea duradera, reparable y apta para su reutilización. Como consumidores tenemos el poder. Antes de comprar nuestra próxima prenda de ropa barata podemos preguntarnos, ¿realmente lo necesito?".

Esta ONG indicó que, para contrarrestar el consumismo excesivo, "un creciente número de personas eligen abstenerse y, por el contrario, conmemorar el 'Buy Nothing Day' ('Día de no comprar nada')", por lo que recordó a los consumidores que "muchas compras impulsivas de hoy acabarán siendo basura mañana".