Antonio, un niño granadino de seis años, acariciaba a su hermana cuando recibió el alta del hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Quizá le agradecía así que lograra superar una enfermedad hereditaria gracias a la transfusión de células del cordón umbilical de su hermana. Le hemos conocido esta semana. También a Izán un niño de 11 años con una rara afección neurológica. Ya se ha curado también gracias a una hermana. En Suecia estos dias se ha llevado a cabo el más dificil todavía porque se ha evitado la muerte de una pequeña de 10 años al implantarle una vena que se consiguió crear con células madres procedente de su propia médula ósea. Esto es presente.
El jefe de la Unidad de Terapia Celular del Hospital La Paz, Damián García Olmo asegura que ya no sólo se puede curar con compuestos solubles en la sangre sino que pueden utilizar organismos vivos, como células, que constituyen "una maquinaria perfecta".
Una maquinaria, que en cierta manera podemos dirigirla y es así como por ejemplo se ha conseguido crear tráqueas, uretras y vasos sanguíneos. Se trabaja tambien con corazones en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. En el Puerta de Hierro la biomedicina avanza con las lesiones medulares, y en el hospital La Paz hay ahora mismo llevandose a cabo 15 ensayos clínicos lo que le convierten en el centro europeo donde más investigaciones hay abiertas en torno a este tipo de terapias. El ensayo más relevante que ahora mismo está en marcha es la obtención de células madres procedentes de la grasa.
Asegura García Olmo que en el futuro la terapia celular servirá para mejorar la calidad de vida y el envejecimiento, pero lo que no se puede determinar aún es cuando se podrán plasmar en la realidad todas esas realidades en la práctica clínica ya que aunque el campo es muy amplio, no sabemos cuánto se tardará en recorrerlo y por eso se generan espectativas a veces anticipadamente.
Lo último en terapia celular son dos investigaciones, una desarrollada en Japón donde el centro Riken de Biología del Desarrollo ha demostrado que las células madres pueden ser claves a la hora de regenerar la retina y en un futuro abordar la ceguera y otro que demuestra como estas células troncales perviven en el organismo quince dias después de que un sujeto fallezca.