La Fiscalía de Sala de Seguridad Vial envió este jueves un oficio a las policías judiciales de tráfico para que investiguen las llamadas del teléfono móvil previas a los accidentes por si pueden catalogarse como imprudencia grave por la desatención del conductor al volante, lo que puede conllevar penas de prisión de hasta cuatro años si se produce un fallecimiento o hasta tres años si el siniestro ha causado lesiones a alguna persona.