España quiere liderar la identificación de desaparecidos a través del ADN

  • Piden convertir el programa DNA Prokids en "marca España" para luchar contra el tráfico de personas
  • DNA Prokids ha realizado 9.100 muestras genéticas con las que ha logrado 700 identificaciones y evitado adopciones ilegales

Según Naciones Unidas, en el mundo, hay más de 2 millones de víctimas por el tráfico de personas y la mayoría son niños. Para luchar contra este tráfico de personas, una iniciativa española pionera en el mundo ayuda a identificar a los desaparecidos a través del ADN.

El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín, pidió este jueves a los futuros gobernantes que se comprometan en impulsar el liderazgo español para la coordinar los métodos de investigación de menores no identificados a nivel mundial. Se estima que, sólo en Europa, hay más de 10.000 niños refugiados desaparecidos.

Esta petición serviría para convertir el programa DNA Prokids, impulsado por el catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Granada José Antonio Lorente, en "marca España" y poner trabas a las mafias que provocan que haya más de 2,5 millones de personas víctimas del tráfico de seres humanos, la mitad menores y, de éstos, principalmente chicas de entre 13 y 18 años destinadas a la explotación sexual.

LIDERAZGO DE ESPAÑA

Se trataría de tomar el mando a un programa de identificación, subrayó Rodríguez Sendín en un encuentro informativo en Madrid, basado en un "método" uniforme y coordinado desde España a nivel internacional, que convirtiese a este país en líder como lo es en el programa de trasplantes de órganos.

La iniciativa, según Juan Antonio Lorente, además de mejorar el "posicionamiento de la marca España" generaría empleo, y podría articularse a través de "un centro mundial de referencia en la lucha contra la trata de niños".

DNA Prokids, que surgió hace una década, ha realizado 9.100 muestras genéticas con las que ha conseguido más de 700 identificaciones positivas y evitado más de 300 adopciones ilegales.

La mitad de las muestras se han tomado en España, principalmente para identificar a menores africanos que llegaban a través de Melilla o a las costas del Sur acompañados de mujeres que decían ser sus madres.

España es uno de los 16 países donde llega la idea que comenzó en Guatemala identificando a casi medio centenar de niños en una casa de acogida ilegal de adopciones con niños robados. También han identificado a menores tras el terremoto de Haití o a pequeños repatriados de Estados Unidos a otros países como Honduras, Guatemala y El Salvador.

LA IMPORTANCIA DEL PAPEL DE LOS MÉDICOS

Su impulsor reclama más apoyo financiero e institucional para una iniciativa que, desde su perspectiva, subraya el "importante papel" de tipo "ético y legal" que tienen los médicos en el proceso de identificación de menores desde que nacen. Esa responsabilidad, subrayó, para por "ser conscientes del problema, registrar los nacimientos, informar a los familiares en adopciones, denunciar casos sospechosos, informar a las comunidades en riesgo y apoyar a las víctimas para generar confianza".

El tráfico mundial de niños tiene como objetivo la adopción ilegal, prostitución y explotación sexual, trabajos forzados y semi-esclavitud, el uso de niños-soldado y delincuencia. Según los cálculos, más de 160 países están afectados por este problema que DNA Prokids trata de combatir con unos sobres para la obtención y registro de muestras que apenas valen 3 euros. Pero luego hay que ofrecer formación a quienes recojan las muestras y contar con programas informáticos adecuados y la citada coordinación internacional.

En diez años, el programa ha repartido más de 15.000 kits, aunque para que los datos recopilados sean efectivos hay que desarrollar "acciones de gobierno" que unifique criteros y garantice recursos, una pasividad que "escandaliza sobremanera" a Rodríguez Sendín, que criticó "la bajísima sensibilidad ante algo tan gordo" que se podría reducir con "medidas sencillas".

Demanda a la que se sumó el profesor de la Universidad de Granada, que dijo que "la lucha contra esta lacra no puede estar basada en la voluntad de las personas en un determinado momento. Hay que pasarlo a leyes".