España es el decimotercer país con mayor inversión pública en investigación y desarrollo, por debajo de Austria (12), Italia (11), Canadá (10) y Corea (9), según el Informe sobre Perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre ciencia, tecnología e innovación 2016.
El ranking de países con más inversión pública lo lidera Estados Unidos y China, muy por encima de Alemania (3), Japón (4), India (5), Francia (6), Rusia (7) y Reino Unido (8). En cualquier caso, el informe señala que la inversión total de la Unión Europea lidera la inversión pública mundial en esta materia.
Además, el documento de la institución recalca en su informe la necesidad de una "política abierta y flexible", en la medida en que los recursos lo permitan, ante la evolución tecnológica de la sociedad que genera muchos cambios tecnológicos.
En este sentido, indica que, a pesar de las presiones fiscales, los gobiernos nacionales seguirán siendo los principales actores de investigación en un futuro previsible, pero las empresas pueden aumentar su contribución financiera. Por otro lado, resalta que las universidades son más capaces de captar el financiamiento de las empresas, siguiendo patrones a largo plazo.
De esta forma, la organización señala que una mayor participación empresarial puede reforzar un mercado deseable en la investigación académica y también puede conducir a un crecimiento de corto plazo, pero, por otro lado, señala que la filantropía actúa a menudo como un catalizador para atraer a otros financiadores, incluido el sector público, y así apoyar proyectos a gran escala o centros que de otro modo podrían quedar sin fondos debido a sus altos costos.
Por otro lado, el estudio pone en relieve que las nuevas tecnologías serán la clave del futuro que, ante esta situación, se presentar algunas características comunes que necesitan de la implicaciones políticas. Así, señala que los impactos serán determinados por una serie de factores no tecnológicos, como puede ser el envejecimiento de las sociedades, el cambio climático, económico y político, así como cambios en las preferencias sociales.