Los niños del Colegio de San Ildefonso realizarán el ensayo general para el Sorteo de Navidad este martes en el Palacio de Congresos de Madrid para que todo salga perfecto el próximo jueves. Después los niños tendrán un día para descansar y coger fuerzas antes del día del sorteo.
Mientras, en el salón del Palacio de Congresos de Madrid, que se estrenó el año pasado como sede del tradicional sorteo, se irá preparando los bombos para ese día. Este año, al haber más números en los bombos, se incluyen los comprendidos entre el 85.000 y el 99.000, también habrá una tabla más.
Ya el día del sorteo, cada cada año se repite más o menos la misma rutina. Los niños se levantan alrededor de la seis de mañana, se les traslada en autobús a las siete y, antes de que comience el sorteo, desayunan en un restaurante cercano o en el propio salón de loterías, en donde se suele tener preparada una sala con juegos, para que estén distraidos antes de salir a cantar premios.
Este año cantarán número y premio 40 niños de entre 8 y 14 años, cuatro más que el año pasado. Su edad oscila entre los ocho y los 13 años, aunque la mayoría se sitúa entre los 9 y los 12 años. En cuanto a su nacionalidad, la mayor parte son españoles y sudamericanos, aunque hay una niña senegalesa y un niño de Guinea.
Para su preparación, los niños llevan ensayando desde octubre. Para su selección se tuvo en cuenta el timbre de voz, la pronunciación y la lectura de números, así como en el manejo de bolas en los sorteos, con el material proporcionado por la Lotería Nacional.
Son niños, como Johann Sebastián, de Ecuador y 10 años, que participa por primera vez en el sorteo, como su compañera Camila, de Bolivia y un año mayor que él. Johann parece tener muy claro que este año va a cantar el Gordo. "Llevamos ensayando desde octubre y siempre me imagino ese momento, cuando cante los 4 millones de euros, intentando contener la alegría", señala.
A los niños lo que más les asusta es que se les caiga alguna de las bolas. "Son pequeñas y se resbalan", explican. Además, aseguran que resulta difícil enseñarlo bien a la cámara y se muestran preocupados por el segundo premio --los 1.250.000 euros-- porque, según ellos, "es el más difícil de cantar".
Camila, por su parte, cuenta a Europa Press los consejos de la familia y los amigos. "Nos dicen que suerte, que lo hagamos lo mejor posible y que no nos preocupemos, que nos va a salir bien", recuerda. Pero los nervios no siempre se pueden controlar y Camila ya adelanta que la noche anterior al sorteo no podrá dormir.
de las cosas que más "ilusión" les hace es dar un premio "a quienes más lo necesiten". Los niños asienten cuando se les pregunta por la crisis porque, según afirman, es una palabra que han oído muchas veces en casa. "Estamos contentos porque puede ser que le toque a nuestra familia, a los amigos o a alguien que lo necesite", afirman.