Una persona se toca la espalda para aliviar una lumbalgia | Europa Press
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La salud sigue siendo una de las principales preocupaciones de los españoles. Su impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos la sitúa en un lugar destacado entre las inquietudes personales, lo que sugiere la necesidad de seguir invirtiendo en el sistema de salud para garantizar su calidad y accesibilidad.

Alrededor del 26% de la población sufre dolor crónico en España y casi el 70% asegura que ha sufrido algún tipo de dolor en los últimos meses.

Estas cifras se elevan con la edad; hasta el 40% de la población mayor de 65 años vive con algún tipo de dolor crónico y más de un 5% de la población española sufre dolor a diario.

Cada zona tiene su dolor

Factores como el tipo de empleo predominante, el estilo de vida, el clima, la edad de la población y el acceso a los servicios de fisioterapia hacen que los dolores derivados de patologías musculoesqueléticas presentan variaciones significativas según la región de procedencia de los pacientes.

Casi la mitad de los trabajadores sufren un estrés laboral alto

El profesor del Departamento de Fisioterapia de la Universidad Europea Alberto Bermejo ha analizado estadísticas como la Encuesta Nacional de Salud del INE y abundante literatura sobre este asunto para llegar a la conclusión de que el perfil laboral de la región es un factor "determinante" en la prevalencia, pero por supuesto no el único.

"No es lo mismo tratar a un paciente que pasa ocho horas al día frente a un ordenador que a uno que trabaja en la construcción o en el campo", afirma Bermejo, que a este factor y a otros ya mencionados añade varios más también importantes como el estrés, la alimentación, el nivel educativo o el nivel socioeconómico.

Consecuencia de este 'cóctel' de factores se observa por ejemplo que en áreas urbanas como Madrid o Barcelona, con alta prevalencia del trabajo de oficina o teletrabajo, predominan cervicalgias, lumbalgias y el síndrome del túnel carpiano.

Son dolores consecuencia de lesiones relacionadas con el sedentarismo y la mala ergonomía, posturas inadecuadas que se mantienen durante largas horas, a menudo frente al ordenador, entre las que es cada vez más frecuente el síndrome del piramidal, producido por la permanencia en posiciones sentadas durante largas horas.

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En cambio, en zonas agrícolas o industriales como Andalucía, Castilla-La Mancha o Galicia son más frecuentes las lesiones por sobrecarga muscular, tendinopatías y problemas lumbares.

Son dolores en este caso consecuencia de trabajos que requieren actividades físicas muchas veces repetitivas, que están relacionadas con el sobreuso de estructuras corporales y pueden dar lugar a tendinopatías en hombros, codos y rodillas, lumbalgias mecánicas y hernias discales, así como fracturas por estrés y esguinces, especialmente en sectores como la construcción o la agricultura.

Dolores de la edad o del deporte

A su vez, regiones con una población relativamente más envejecida que otras, como Castilla y León o Asturias, presentan predominio de patologías degenerativas como la artrosis, la osteoporosis y las fracturas por fragilidad ósea.

Y en territorios con una fuerte presencia de turismo y deporte, como Canarias, Baleares o la Comunidad Valenciana, es habitual atender lesiones deportivas, esguinces y problemas articulares en miembros inferiores.

Finalmente, en otras comunidades, entre las que el experto menciona Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha, se localizan un mayor número de pacientes con patologías musculoesqueléticas crónicas muchas veces asociadas a la combinación de tasas elevadas de sedentarismo, obesidad y cierto envejecimiento de la población.

La importancia de la prevención

De forma paralela, autonomías como País Vasco, Navarra o Cataluña presentan mejores indicadores de salud musculoesquelética gracias a una mayor implantación de programas de prevención y mejores hábitos de actividad física.

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Al respecto subraya Bermejo que el acceso a servicios de fisioterapia, tanto públicos como privados, tiene un impacto directo no solo en la evolución de las dolencias, sino también en su prevención.

A la vista de las diferencias territoriales detectadas, el experto recomienda adaptar las medidas preventivas según el entorno laboral, por ejemplo estableciendo "pausas activas, buena ergonomía y actividad física regular" en trabajos sedentarios o formando en técnicas de carga, rotación de tareas y programas de fortalecimiento en empleos físicamente exigentes como la agricultura, la industria o la construcción.