(Actualizado

La mujer Duyos abandera la libertad para vestir como le da la gana; la de Roberto Verino, más que gastar, invierte en ropa; y la de Andrés Sardá hace magia para compaginar su vida laboral y familiar sin renunciar a su momento social, como se ha mostrado hoy en la segunda jornada de la pasarela madrileña.

Juan Duyos ha conseguido sorprender al público de esta 61 edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid con una colección ochentera que respira libertad y hedonismo para la próxima temporada otoño-invierno 2015-2016.

Recuerda que en esos años, en los que no había tantas "boutiques", la mujer se hacía ella misma la ropa "para imponer su personalidad y carácter".

Esa idea, Duyos la traduce en la pasarela con una colección trabajada en distintas texturas y tejidos bordados con lentejuelas de canto en lugar de planas.

"Son prendas que invitan a bailar, brillar y vivir la vida como se desea", apunta este diseñador madrileño, quien apuesta por líneas fluidas, siluetas transparentes, faldas de capa y pantalones de cintura alta para vestir a una mujer ecléctica en tonos cálidos y confortables, como el rosa palo.

La lentejuela y la pedrería, y apliques que representan el brillo y la fiesta en la costura, se imponen en prendas como un esmoquin en tonos verdes y naranjas y un fabuloso caftán azul petróleo.

"Pendientes extralargos plateados con circonitas y potentes collares aupan el estilismo", dice Duyos, que vuelve a sacar atractivos abrigos y chaquetones de piel cabra de kidassia.

VERINO, 30 AÑOS DE ELEGANCIA

Roberto Verino lleva más de 30 años vistiendo a una mujer y un hombre que, "más que gastar, invierte en ropa" para organizar su armario con atractivas y rentables prendas, ideadas tanto para su día a día como para un evento social.

El diseñador cree que es importante que la mujer rentabilice su armario con prendas de calidad a un precio razonable. "Se trata de dar una vuelta de tuerca más y ofrecer prendas atractivas que perduren en el tiempo, que se puedan sacar una y otra vez sin que se pasen de moda".

Una filosofía que también aplica a sus clientas internacionales, que vienen de vacaciones a España y "también invierten en ropa de calidad a mitad de precio que una marca de lujo", cuenta el diseñador gallego, que muy pronto va a empezar a comercializar una colección de zapatos.

Sobre la pasarela se ha visto una colección inspirada en Londres, "ciudad en la que convive la tradición y la modernidad", y así se ven prendas artesanales con cuadros escoceses combinadas con modernas faldas plateadas.

"Todo es posible siempre que exista coherencia", argumenta Verino, que apuesta por tonos marrones, verdes, azules y grises para confeccionar vestidos rectos a la rodilla, pantalones ajustados, gabardinas, amplios chaquetones tipo batín y estolas de zorro.

En esta ocasión, Verino hace hincapié en la fantasía para componer una pieza de noche que a priori parece un vestido, pero en realidad es un monoesmoquin.

"Tic-Tac" es el nombre de la colección de Andrés Sardá, una línea que intenta satisfacer las necesidades de una mujer que se implica en su trabajo, se vuelca con su familia y no renuncia a su momento de ocio.

Para esa mujer moderna y luchadora, Andrés Sarda propone unas piezas de encaje en tonos verdes, fucsia, morado, naranja y verde salpicadas con motivos florales y otras estampadas con cuadros escoceses rojos y negros.

TERESA HELBIG

Teresa Helbig impuso hoy criterio y buen gusto en la segunda jornada de la pasarela madrileña con una colección que al primer golpe de vista parece sencilla, pero en sus costuras se descubre talento, minuciosidad y mucha alma.

En las piezas de Teresa Helbig hay un denominador común, un algo especial que hace que siempre gusten. Quizá sea la exquisitez de los tejidos, la sencillez de las líneas o las numerosas horas de trabajo que se esconden detrás de cada pieza.

Y, ese algo especial se ha vuelto a ver en el desfile de hoy, en el que Helbig traza un itinerario de sensaciones a través de la paleta cromática, las texturas y los infinitos detalles que cuajan sus prendas.

La diseñadora sale de su zona de confort, el vestido corto, y muestra su saber hacer en importantes vestido largos, inspirados en las obras de Goya, Velázquez, Tiziano o El Greco. "La moda es efímera, quería hacer piezas que permanezcan en el tiempo, que seduzcan, que apasionen", ha contado.

De esas obras de arte, Helbig rescata regios tejidos que "no pasan de moda, que proyectan modernidad, diversión y un poco de vanidad".

Una vez más, tras un periodo de investigación, primero confecciona sus propias telas para después coser las prendas. Y así, esta exigente y minuciosa diseñadora moldea el cuerpo de la mujer con vestidos con tiras de terciopelo, cuero o cintas de angora. "Me gustan como han quedado las prendas de piel con bordados de azabache".

Las colección de Helbig, que tiene mucha costura, muchos detalles y mucho corazón, se divide en dos partes, una más teatral en amarilla y verde y otra más liviana y fresca, en blanco con apuntes rosas.

Esta diseñadora, que cuenta con un "showroom" en Los Ángeles (Estados Unidos), está trabajando en el vestuario para el Ballet Nacional de España (BNE). "He cumplido uno de mis sueños, pero nunca me imaginaba que podía combinar el flamenco con el jazz", dijo entre risas.