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Cuatro de cada cinco víctimas de ciberacoso, un comportamiento agresivo e intencionado que se da reiteradamente contra una persona en el contexto digital, no son conscientes de que lo están sufriendo, según un estudio del Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”, que contó con la participación de 2.400 adolescentes españoles de entre 12 y 17 años.

El informe, que se centró en examinar la influencia de los avances tecnológicos y el creciente dominio del entorno virtual en el ciberacoso juvenil, haciendo hincapié en los efectos en víctimas con necesidades de apoyo educativo (NEAE), explica que casi la mitad de los jóvenes españoles de entre 12 y 17 años sufrieron algún tipo de ciberagresión de forma puntual, mientras que el 9,5% lo padeció más alargado en el tiempo.

Además, los investigadores observaron que el 46,8% de los jóvenes experimentaron algún tipo de violencia y acoso por medios cibernéticos en los últimos meses.

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Entre las ciberagresiones reportadas por los jóvenes se incluyen el recibir palabras ofensivas o insultos por internet, siendo esta la forma de agresión más frecuente, el ser ignorado o excluido de alguna red social o chat, o haber recibido amenazas a través del ordenador o el móvil.

En cuestión de sexos, los hombres manifestaron una mayor prevalencia en sufrir ciberacoso, el 10,9%, frente a un 8% de las mujeres. Uno de los autores del estudio, Albert Flexas, afirmó que “esto podría indicar varias cosas, como que las víctimas normalizaron la situación, restándole importancia, o que su percepción está sesgada por características personales o contextuales”.

Los investigadores se focalizaron en analizar esta situación en víctimas con alguna NEAE. Así, el 28,4% de la muestra presentó necesidades de apoyo, como trastorno de atención sin o con hiperactividad (TDAH), trastorno del desarrollo del lenguaje, trastorno del aprendizaje o altas capacidades.

“Esto podría indicar varias cosas, como que las víctimas normalizaron la situación, restándole importancia"

Al examinar la implicación de estos jóvenes como víctimas de ciberacoso, se observó que la probabilidad de que sufran ciberacoso es el doble, casi el 15%, que la de sus compañeros sin NEAE (7,3%), tal y como detalla el documento.

Igualmente, el acoso cibernético está asociado a múltiples consecuencias negativas, como el bajo rendimiento académico, las dificultades de aprendizaje, la ansiedad, la depresión, el abuso de sustancias o la autolesión, según enunciaron los resultados de la investigación.

En este contexto, otra de las conclusiones extraídas es que los jóvenes que mostraron señales de haber sido víctimas de ciberacoso presentan peores indicadores psicosociales.

En concreto, el 7,6% de las víctimas tuvieron depresión, frente al 3,4% de los jóvenes que no sufrieron esta situación; el 6% tuvo ansiedad, frente a un 2,5%; y el 8,5% tuvo estrés, ante un 4,5% que no lo padeció.

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De igual forma, los autores del estudio analizaron posibles soluciones que aminoren las consecuencias negativas asociadas al ciberacoso. Entre estas estrategias están la búsqueda de apoyo social y la capacidad de resolver los problemas.

Por el contrario, los investigadores consideran que no son efectivas las estrategias de evitación, como distanciarse de la situación, hacer como que no ha pasado nada o negarse a pensar en ello.El investigador Daniel Adrover destacó que, otras cosas, “es esencial contar con un protocolo de actuación e intervención ante situaciones de acoso y ciberacoso escolar, y actuar conforme a este”.