Los casos atendidos por el Defensor del Profesor del sindicato ANPE bajaron un 26,6 % el último curso, pero la incidencia del ciberacoso de alumnos a docentes se duplicó al pasar del 9 al 19 % en un año, por medio de fotos y grabaciones con dispositivos electrónicos y en redes sociales.
Por el contrario, bajaron a la mitad las agresiones de estudiantes a profesores (del 6 al 3 %) y las de padres a docentes (del 3 al 2 %), según el último informe de este servicio de atención inmediata y gratuita para docentes de todas las comunidades víctimas de situaciones escolares conflictivas, incluso violentas.
Fueron 1.961 los docentes que se dirigieron al Defensor el curso 2015-2016 (2.671 en el 2014-2015). Descendieron en Andalucía, Canarias, Galicia y Madrid, y el 39 % de todos ellos enseñaba en Primaria, y el 35 %, en ESO.
Entre quienes recurrieron el curso pasado a este servicio, que coordinan Crisálida Rodríguez y Jesús Niño, se dobló la proporción de aquellos docentes que soportan acusaciones falsas por parte de los padres, hasta llegar al 50 %, mientras que apenas subieron los que padecen acoso y amenazas de las familias (29 %).
En comparación con un año antes, los enfrentamientos de docentes con compañeros crecieron del 9 al 11 %; y los que tuvieron problemas con la dirección del centro, del 23 al 26 %. También aumentaron aquellos a los que se les abrió un expediente disciplinario, del 0,3 al 2 %, y prácticamente se mantuvieron los casos de problemas con la Administración (18 %).
El profesorado no se siente apoyado por la Administración ni por su representante en el centro, que es la dirección, pues ésta se encuentra al servicio de aquella, según las conclusiones del informe, presentado hoy.
La ansiedad es el estado anímico predominante entre estos profesionales de la enseñanza (57 %), seguida a distancia por la depresión (7 %), mientras que el 9 % llega a estar de baja.
En cuanto al comportamiento de los alumnos, bajan los problemas del profesorado para dar clase (del 27 al 20 %), las agresiones entre alumnos (del 13 al 10 %), las faltas de respeto hacia los docentes (35 al 31 %) y el acoso que sufren éstos (del 16 al 7 %).
También descienden las denuncias de los padres a los profesores (del 20 al 18 %) y las presiones para que cambien las notas de los hijos (del 9 al 8 %).
ANPE, que fundó la figura del Defensor del Profesor en 2005, demanda un plan estratégico de convivencia que incluya un programa de prevención del acoso escolar y agilice los protocolos de protección de las víctimas, detección precoz y erradicación de problemas de este tipo. También, la reactivación del Observatorio Estatal de Convivencia Escolar.
Otras peticiones son el desarrollo reglamentario en todas las comunidades de la "autoridad pública" del profesorado en sus funciones docentes, según recoge la Lomce, y la garantía de protección jurídica del profesorado, así como la cobertura de la responsabilidad civil por el ejercicio profesional.
Igualmente, el sindicato reclama asistencia psicológica gratuita para los docentes y reconocimiento de la ansiedad, la depresión y el estrés como enfermedades profesionales por situaciones de acoso.
Además, se necesita, según ANPE, un plan específico de formación del profesorado para la prevención y detección de conflictos relacionados con la convivencia escolar.
Sobre ese plan estratégico, el sindicato reclama que sea coordinado por el Ministerio de Educación y acordado con diálogo y negociación con las organizaciones de profesorado.