Primera mañana del pionero Black Friday en Madrid y sensaciones dispares entre los comerciantes de la capital; mientras las grandes superficies no dan abasto, la campaña no ha terminado de arrancar en los pequeños establecimientos.
Gente, bolsas; más gente, bullicio, más bolsas; más gente y dependientes que corren de un lado a otro atendiendo a clientes ávidos de ofertas es la imagen que mejor ilustra la primera mañana de esta campaña en El Corte Inglés.
El gigante comercial, que durante todo el fin de semana ofrecerá a sus clientes descuentos de hasta el 50 % en numerosos productos, recordaba hoy al de sus mejores tiempos.
"En lo que va de mañana he vendido cinco pantalones en oferta y alguno que no estaba rebajado", comenta Pablo, un dependiente del conocido comercio al que las cosas le han ido mucho mejor que ayer, cuando a la misma hora tenía el contador de ventas "en blanco".
Las ventas también estaban funcionando fenomenal en otro gigante situado en la céntrica calle Preciados, la cadena francesa de productos de cultura y ocio FNAC, donde sus descuentos del 20 % en videojuegos o del 10% en libros, han servido como reclamo para muchos previsores compradores de cara a Navidad.
"Hemos duplicado ventas", ha explicado Raúl, uno de sus dependientes que durante la mañana ha atendido a varios padres que llegaban con la lista de deseos de sus hijos en la mano: "Vienen a tiro hecho", ha confirmado.
Pero como en todo, la felicidad no es completa y los bares, restaurantes, tiendas de antigüedades y de ropa que visten las pintorescas calles del Barrio de las Letras -que también ha apostado por el Black Friday- esperaban resignados la entrada de algún comprador que arreglara la mañana.
Precisamente en Tres en Lope, una cuidada tienda de interiorismo donde Carola, su propietaria, explicaba que esperaba recibir a más gente durante la tarde al calor de los descuentos, apareció una clienta.
DESCUENTOS DE HASTA EL 50%
Carmen, que así se llamaba, ha acudido a la tienda de Carola en busca de ese regalo de Navidad a buen precio que todos pretenden en estas fechas, aprovechando los descuentos especiales de hasta el 50% propuestos por el establecimiento situado en la calle Lope de Vega.
En la misma calle, Manuel y Elba, dos turistas que paseaban en busca de un bar donde comer algo, han admitido que no conocían que el Black Friday estuviese en marcha en la zona, aunque no han descartado "aprovechar" sus descuentos.
Dos calles más allá, en Huertas, Félix Gómez, propietario del bar Elhecho, habría estado encantado de acoger a Manuel y Elba o a cualquier otro cliente. Con descuentos del 10% en toda la carta, el hostelero espera que la iniciativa fomente el consumo, ya que asegura que últimamente "la cosa está fastidiada".
El Black Friday, que en algunos casos se extenderá hasta el domingo, convirtiéndose en un "weekend friday", no sólo tiene vigencia en las tiendas convencionales, sino que las tiendas por internet de muchas marcas, como Amazon o Apple, también proponen ofertas que esperan ser devoradas por sus clientes.
Algunos no están muy de acuerdo con la americanización que supone el Black Friday, sin embargo y como ha apuntado Carmen, es una "muy buena oportunidad" para comprar buenos productos a un precio más "asequible".
Sea como fuere, el Black Friday se presenta como la última entrega del colonialismo cultural norteamericano en llegar a España, a la vez que representa una buena iniciativa para relanzar el maltrecho comercio antes de Navidad, contentando así tanto a propietarios como a clientes.