Este es un caso extremo de obsesión por las redes sociales. Amanda Taylor culpaba a su ex suegro de la muerte de su pareja y por eso decidió acabar con su vida propinándole 31 puñaladas, hacerse un selfie y enviarlo a un amigo que gestionaba una web sobre asesinos en serie. La autofoto como prueba del crimen puede suponer una nueva era para las investigaciones policiales, según el periódico Mirror.
La joven de 24 años acusaba a su ex suegro de haber introducido a su hijo en el mundo de las drogas, lo que le condujo al suicidio. Amanda eligió el día en que su ex pareja habría cumplido años, el 27 de marzo, para cometer su crimen y luego lo narró en su cuenta. "He apuñalado a mi suegro hasta la muerte porque él destruyó a mi marido", escribió para acompañar a un selfie junto al cuerpo sin vida de Charles.
Amanda eligió poco después Instagram, para subir una imagen del revólver con el que pretendía quitarse la vida, pero las autoridades lo impidieron al detenerla antes de cometer el suicidio. La joven fue encarcelada y el pasado 12 de noviembre fue condenada a cadena perpetua por asesinato en primer grado.