'Todas las enfermedades tienen cura, solo hay que buscarla'. Con este lema, alumnos de sexto de Primaria del colegio Pinar Prados de Torrejón (Pozuelo de Alarcón) quieren hacer historia, o más bien hacernos partícipes de la suya: un proyecto para investigar el cáncer de su profesora Katia.
Todo comenzó de la forma más natural, un trabajo a principios de curso en el cual el profesor Luis Fuentes propuso a los alumnos elegir una enfermedad, estudiarla, crear una campaña y tratar de recaudar fondos para una fundación dedicada a ella, un poco a imagen de la ELA y el famoso "Ice Bucket Challenge".
Pero el escenario cambió durante las últimas navidades. La mujer de Luis, Katia Fernández, también profesora del centro -estaba de baja, pero colaboraba con la clase- sufrió una recaída severa de su cáncer de ovario.
El cáncer de Katia fue diagnosticado en el año 2011. Después de varias operaciones, le dieron la jubilación en 2014, con sólo 36 años.
Pero en esa lucha contra el denominado "asesino silencioso" la profesora no quiso dejar la docencia y pidió permiso en varias ocasiones para colaborar en las clases impartidas por Luis.
Tras las severas noticias de las navidades, los propios alumnos se centraron en Katia. De ahí nace esta historia.
"Todas las enfermedades tienen cura, solo hay que buscarla", dice uno de los alumnos, Samir, integrante de un curso volcado en recaudar fondos para la profesora.
Ahora Fuentes ha tomado el mando de la campaña, que mediante la venta de camisetas y donaciones pretende recaudar fondos para que la Fundación MD Anderson estudie herramientas diagnósticas del cáncer de ovarios de grado bajo.
Los alumnos buscan conseguir que las farmacéuticas inviertan dinero para la apertura de un estudio clínico que cree un tratamiento específico para curar un cáncer que es el quinto más común entre las mujeres y no tiene cura, detección precoz ni tratamiento específico.
Fuentes relata orgulloso a Efe la campaña que han iniciado sus pupilos, una iniciativa que "le da vida a Katia" y que poco a poco se está agrandando con el "boca a boca".
Explica que ha tenido que pedir muchos permisos a los padres para realizar un vídeo en el que explican su proyecto y con ello recabar donaciones para esta investigación.
"Si no da tiempo para Katia, que le llegue al menos a otra persona", explica Luis con voz serena.
Con la campaña quiere hacer ver a los chavales que el esfuerzo es importante en su formación como adultos.
Los niños adoran a Katia y Katia adora a los alumnos. "No es la típica profesora", comentan algunos de ellos con la sonrisa propia de su edad. El método de aprendizaje está basado en la inteligencia emocional y gracias a esta técnica saca lo mejor de los pequeños.
Katia les ha escrito una carta en la que destaca lo "excepcionales" que son "del primero al último".
"Han demostrado su grandeza, ánimo, arrojo, madurez, capacidad de comunicación y ganas de cambiar el mundo", defiende la maestra que en esta lucha ha conseguido unos menudos pero atrevidos compañeros de batalla.