Alemania sigue en sus trece. Mantiene vigente la alerta para consumir pepinos, lechugas y tomates crudos porque a su juicio todavía no se ha localizado el origen de la infección que ha matado a 16 personas en Alemania y que en las últimas horas ha afectado a 400 nuevas personas. Es más defienden la actuación de la responsable de salud de Hamburgo al prevenir contra los pepinos españoles, porque en ellos, insisten, había bacterias.
Son microorganismos diferentes al brote infeccioso que desde hace varios dias trae de cabeza a los alemanes, pero eso no ha evitado que Rusia mantenga sus fronteras cerradas, que Estados Unidos haya redoblado sus controles y que en buena parte de los mercados europeos podamos observar mensajes de precaución con respecto a los productos españoles.
Es cierto que algunos mayoristas alentados por los últimos datos que exculpan a nuestras hortalizas han comenzado a formular pedidos a nuestro pais. Algunos camiones han comenzado a circular hacia Alemania y Austria pero lo cierto es que la imagen de las plantas productoras en nuestro pais es la de numerosos camiones parados.
Según Marcos Alarcón, portavoz de la Unión de Pequeños Agricultores es impresdincible que la Comisión Europea solicite a los miembros de la Unión y a países terceros que levanten sus restricciones hacia los productos españoles.
El hecho es que Alemania cuenta cada día con nuevos casos, no pueden desmentir lo que cada vez se sospecha más : que la contaminación partió del mercado de Hamburgo y que no hacen nada por intentar subsanar el daño hecho a España. Quizá lo consigan las redes sociales porque en Twiter es un clamor la invitación a comprar un kilo de pepino español.