Alejandro Antequera, elegido "Caballero de Madrid 2014" en el concurso de belleza celebrado el viernes en la sala Tartufo, quiere aprovechar, a sus 21 años, las ofertas de trabajo de modelo que le llegan estos días hasta su pueblo, Mejorada del Campo, desde su coronación como guapo oficial de la región.
"Me llama para felicitarme todo el mundo: familiares, amigos, gente de la que no sabía nada desde hace años y también empresas para ofrecerme trabajos", ha explicado en una entrevista.
Con un físico que reconoce haber heredado, a partes iguales, de su padre y de su madre, este joven está dispuesto a averiguar adónde puede llevarle su triunfo en el primer concurso de belleza al que se presenta.
"Ganar ha sido una sorpresa, porque soy muy tímido y pensé que los nervios me podrían a la hora de desfilar, que no lo había hecho nunca, pero ahora me siento más seguro, y me gustaría probar suerte como modelo", dice.
Antes de que el jurado, formado por finalistas del concurso en ediciones pasadas, reparara en sus cualidades tras tres desfiles con cambio de ropa (sport, bañador y traje), alguien se imaginó a Alejandro Antequera como "Caballero de Madrid 2014".
"En mayo, estando de fiesta con los amigos en Madrid, un hombre se me acercó y me dijo que si quería participar en el concurso, que la organización me llamaría para prepararme".
Con poco que perder, tras buscar sin éxito trabajo como vigilante de seguridad durante varios meses, el joven se animó a participar y ahora tiene un pie puesto ya como finalista en el certamen nacional "Caballero España 2014", cuyo desenlace se conocerá en mayo.
Para la ocasión, Alejandro piensa prepararse con el aprendizaje que adquiera de posibles trabajos de modelo que pudieran surgir, así como siguiendo su máxima de hacer ejercicio todos los días.
En Mejorada, ven desfilar a diario al guapo de Madrid en el gimnasio, así como en la Escuela Oficial de Adultos, donde Alejandro se está preparando para obtener el título de Bachillerato tras haber decidido recientemente retomar los estudios.
También tiene delante todos los días a este joven moreno, de sonrisa perfecta, 1,83 centímetros y 78 kilos de peso, su novia, una chica con la que Alejandro asegura que "va en serio".
