Borja Méndez
Madrid, 30 dic (EFE).- Unas 20.000 personas, 5.000 menos que el año pasado, se han dado cita esta noche en la Puerta del Sol de Madrid para celebrar las tradicionales 'preuvas', en lo que ha sido un ensayo general para asistentes y para las fuerzas y cuerpos de seguridad de lo que será la llegada oficial de 2018.
El kilómetro cero de la capital se ha convertido un año más en el escenario donde miles de personas se han dado cita para tomar las doce uvas, o también golosinas, al ritmo de las campanadas del reloj de la Real Casa de Correos un día antes de lo previsto.
Con público más joven que en otras ocasiones, los "lacasitos" han tomado protagonismo junto a otros elementos infantiles.
Así, la tradición centenaria, que ha traído a la capital a muchos visitantes, ha estado marcada un año más por el amplio dispositivo de seguridad que se ha realizado en colaboración y coordinación con Delegación de Gobierno, Ministerio del Interior, la Policía Nacional y con servicios como Renfe y Metro.
A pesar de ser un ensayo, muchos han sacados sus disfraces o sus mejores galas para combatir al frío que ha acompañado durante toda la jornada.
Otros visitantes en estas fechas de la capital desconocían el ritual. "No conocía el desalojo pero me parece una buena medida de seguridad", ha señalado a Efe José Antonio, de Salamanca, que se encuentra de visita en Madrid.
No obstante, asistentes al evento como Juan, de 18 años, conocían las medidas y también las apoya.
"Es importante y más teniendo en cuenta lo que hemos vivido en Barcelona este año", ha indicado.
Los únicos que se han quejado ante los agentes son los que tenían reservas en los restaurantes.
A pesar de ello, muchos grupos de amigos y familias se han congregado en esta cita "sobre todo para vivir las de verdad en casa".
"Siempre hemos querido sentir la sensación de tomar las uvas en la Puerta del Sol y con esta iniciativa se pueden conjugar las dos cosas", ha señalado Martín a Efe.
El portavoz de la Policía Municipal, Juan Antonio Méndez, ha destacado a Efe la ausencia de incidencias durante el evento y ha ensalzado el comportamiento cívico de los asistentes que se conocen las medidas de seguridad.
Por ello, a las 21.00 horas se cerraron los acceso a la Puerta del Sol, tanto a pie como desde las estaciones de metro o Cercanías Renfe, misma medida que se llevará a cabo en la noche vieja 'oficial'. Media hora más tarde la plaza estaba desértica en una imagen que se repetirá este domingo.
Desde ese momento los cuatro accesos de entrada, calle Mayor, calle Arenal, calle Alcalá y carrera de San Jerónimo, fueron controlados por agentes de Policía Municipal y del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), en colaboración con Samur-Protección Civil.
En torno a las 22.30 los puntos de seguridad se abrieron para recibir a los visitantes.
El resto de las vías que llegan a la Puerta del Sol, calles Montera, Preciados, Carmen y Carretas, han funcionado únicamente de salida y como vías de evacuación.
Agentes de la Policía municipal y nacional, ayudados por personal de Samur-Protección Civil, han realizado el conteo de personas concurrentes para garantizar su seguridad física, así como la movilidad en la plaza, tal y como se ha hecho los dos últimos años.
En los puntos de control se han intervenido, en casos aislados, aquellos objetos que pueden suponer un riesgo para la seguridad, como petardos, envases de vidrio o bengalas, entre otros.
El aforo de la plaza ha sido limitado a 20.000 personas, lo que supone dos por metro cuadrado, una reducción de 5.000 personas con respecto al año pasado. Un ensayo general que ha supuesto una práctica para la noche especial que mañana se celebrará en la capital para dar la bienvenida al año 2018.