Dos de los vecinos que auxiliaron al maquinista del tren que sufrió el fatal accidente el pasado día 24 de julio en Santiago han ratificado ante el juez que lleva el caso, José Luis Aláez, la versión de los hechos que ofrecieron tras el siniestro que costó la vida a 79 personas.
Los dos vecinos de la parroquia de Angrois que rescataron al maquinista, Evaristo Iglesias y Julio Santiso, han comparecido hoy como testigos ante el titular del Juzgado número tres de Santiago, al igual que el jefe de circulación de la estación de Santiago, que ofreció al magistrado datos técnicos sobre sus competencias.
En medio de una gran expectación de la prensa, ninguno de ellos quiso hacer declaraciones. El primero de los testigos, el jefe de la circulación de la estación, entró en los Juzgados de Fontiñas de Santiago antes de la cita que tenía con el juez, a las 10.00 horas. Testificó durante algo más de media hora y salió por una puerta distinta a la principal sin hacer declaraciones.
El vecino de Angrois Evaristo Iglesias sí entró por el acceso principal, pero tampoco hizo declaraciones y, tras declarar durante unos diez minutos, salió por otra puerta y eludió a la prensa. El último en declarar, Julio Santiso, hizo unas breves declaraciones al entrar, visiblemente nervioso, y señaló que tenía previsto declarar lo mismo que afirmó ante la Policía y dijo sentirse "un poco incómodo".
Al salir de su declaración, que se prolongó algo más que la de su vecino, también evitó la prensa. Evaristo Iglesias había apuntado a varios medios de comunicación tras el accidente que el maquinista decía cuando fue rescatado: "Me quiero morir, no quiero ver esto", y que le reconoció que venía con exceso de velocidad.
CON PRESENCIA DE LOS ABOGADOS DE LAS PARTES
En las declaraciones de hoy, además del juez y el fiscal, estuvieron presentes los abogados de ADIF, Renfe, del maquinista -Francisco Jose Garzón, que se encuentra en libertad imputado por 79 homicidios por imprudencia-, y la de una de las familias de las víctimas, así como el de la aseguradora Allianz, Roberto Botana.
Éste declaró, a preguntas de los periodistas, que al jefe de circulación se le ha preguntado por aspectos técnicos, sobre cuáles son sus competencias y la gestión de la propia estación, como la señalización de acceso a las vías, pero no sobre si puede o no parar un tren, matizó, puesto que eso compete al maquinista.
El abogado, que no aportó información sobre los testimonios, indicó, no obstante, que la declaración no ha aportado un dato relevante o esencial para la investigación, "pero interesante sí, en conjunto con otras pruebas que se están practicando" y que puede dar lugar "a entender lo que ha pasado y cómo, y determinar, un poco, las responsabilidades que pueda tener cada uno".
Botana también ratificó que, según lo que se sabe hasta ahora, no ha habido ninguna comunicación telefónica entre la estación de Santiago y el maquinista antes del accidente. Igualmente, también reveló que al primero de los vecinos que declaró se le preguntó por su conversación con el maquinista, Francisco José Garzón, y por si este había manifestado algo de motu propio. Este vecino se ha remitido a lo que ya declaró ante la Policía, lo mismo que subrayó a los periodistas Julio Santiso, el otro vecino.
El abogado, igualmente, afirmó que confía en que en los próximos días se pueda subsanar la existencia de algunos errores en las listas de heridos atribuidos al accidente. Explicó a este respecto que se trata de equivocaciones administrativas de personas que entraron de urgencia en los hospitales en la fecha del accidente pero que ingresaron por otras causas. Así, explicó que se han dado casos como el de una niña que figuraba entre los heridos, pero que entró en el hospital por una caída.