El teniente de la Guardia Civil víctima de la agresión de Alsasua (Navarra) ha descrito hoy el "calvario terrible" que sufrió, con "golpes y patadas por todos los lados", especialmente en la cabeza, piernas y espalda, que le hicieron temer por su vida. Nadie intentó ayudarle mientras era agredido en el bar Koxka ni persona alguna intentó calmar la situación, ha descrito en el juicio el teniente, quien se ha mostrado convencido de que todo el mundo en el establecimiento sabía que era guardia civil y que también conocían a su novia. "No había nadie que me echara un cable o que intentara calmar la situación", ha resumido.