El rey Felipe VI cumplió 47 años a 5.381 kilómetros de casa, que son los que separan Madrid de Adis Abeba, la capital de Etiopía a la que voló en un viaje relámpago para asistir a la cumbre de la Unión Africana y cumplir con una ajetreada agenda en la que también hubo tarta y "Cumpleaños feliz".
El primer ministro etíope, Hailemariam Desalegn, que mantiene unas excelentes relaciones con España, fue el artífice de la celebración del cumpleaños, ante los líderes africanos a los que había invitado a una cena en el lujoso hotel Sheraton, y con el monarca un tanto avergonzado.
Primero le presentó a los comensales, entre ellos el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sin ahorrar elogios sobre la figura del nuevo monarca español, y aprovechó para recordar que hoy era su aniversario, lo que desató cariñosos aplausos. Con cierta timidez, el rey agradeció "la sorpresa", poniéndose de pie y llevándose una mano al corazón.
Lo que no sabía el jefe del Estado español es que la verdadera sorpresa iba a llegar más tarde al terminar su alocución, cuando se disponía a ocupar de nuevo su asiento y una voz le pedía que esperara.
Unos camareros le trajeron una gran tarta rectangular, de crema y con fresas, sin velas, con la leyenda "Feliz Cumpleaños" escrita en español, y le acercaron un cuchillo para que pudiera cortarla.
El cuarteto de cuerda que había amenizado la larga espera que precedió al arranque de la cena comenzó entonces a interpretar un "Happy Birthday" que muchos corearon mientras el rey cortaba el pastel y de nuevo recibía aplausos de los invitados.
La tarta etíope no era la única destinada hoy en Abis Abeba para Felipe VI: antes de la celebración había compartido un encuentro en la embajada con un centenar de españoles residentes en Etiopía, y también había una tarta preparada para él, española en este caso.
Pero la recepción comenzó con un minuto de silencio en memoria del militar español muerto en Líbano el miércoles pasado, y como no se consideró apropiado que una fiesta siguiera a un momento de recogimiento semejante, al final la tarta se quedó en la cocina.
El colofón de la tarta de cumpleaños de Hailemariam Desalegn cerró una jornada de aniversario que el monarca español vivió prácticamente sin un momento de respiro.
Porque durante las quince horas que pasó en Adis Abeba no sólo siguió la apertura de la cumbre de la UA, también celebró varios encuentros bilaterales de gran importancia, como los mantenidos con Ban Ki-moon o con el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi.
Ni comer tranquilamente pudo, porque aunque tenía previsto hacerlo en la embajada, al final se comió un bocadillo a toda prisa, en la sede de la Unión Africana, mientras esperaba la siguiente reunión.