Los sindicatos llegan a este primero de mayo en su peor momento de popularidad.
Su implicación en el escándalo de los ERE de andalucía, los despidos masivos de sus trabajadores acogiéndose a la reforma laboral o los cuantiosos gastos de dudosa justificación de alguno de sus líderes, se suman a una caída histórica de afiliación.
El último capítulo, la inauguración de la millonaria sede de UGT en Mérida.