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Como cada mes acudimos a una de las oficinas del INEM de la Comunidad de Madrid. A pesar de que el Gobierno ha instaurado la cita previa y ya es difícil ver colas a las puertas de las oficinas, de puertas para adentro el panorama que nos encontramos es el de siempre. Españoles, inmigrantes, mujeres, hombres, familias enteras a los que la crisis les ha despojado de oportudidades. No tienen lo más básico, un puesto de trabajo.

Hoy nos hemos encontrado con varios jóvenes. Son conscientes de que España ostenta la tasa de paro juvenil más alta de Europa pero, quizá por su juventud, se niegan a tirar la toalla y acuden una vez más a las oficinas del INEM a consultar la lista de ofertas de empleo. Más difícil lo tienen aquellos que superan ya los cincuenta años. Esta mañana nos comentaban que era la peor edad para quedarse sin trabajo "demasiado joven para jubilarse y demasiado mayor para trabajar", comentaba Luis recién apuntado al paro.