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La nueva evaluación de Bachillerato de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que comenzará a aplicarse el próximo año, será "muy similar" a la actual Selectividad, valdrá para acceder a cualquier universidad española y finalmente no constará de preguntas tipo test, como el Gobierno había planteado en un primer borrador. Así lo han anunciado el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, y el presidente de CRUE-Universidades Españolas en una rueda de prensa celebrada este miércoles 27 de abril. En junio de 2017, unos 400.000 alumnos se someterán a esta evaluación, que el próximo curso no servirá para obtener todavía el titulo de Bachillerato pero sí para entrar en la universidad.

El ministro, que ha asegurado que "muy próximamente" va a presentar el borrador del proyecto de real decreto a las comunidades autónomas en el seno de la Conferencia Sectorial de Educación, ha celebrado el "acuerdo" con los rectores, que hace un mes le exigieron una moratoria para la puesta en marcha de la nueva evaluación que acaba con la actual selectividad.

PRUEBA "UNICA" PERO "FLEXIBLE"

El objetivo es sacar adelante una norma general para que la prueba sea "única en toda España, pero flexible para que las comunidades autónomas desarrollen los exámenes cada una en su territorio", según ha explicado Píriz, que ha reiterado que a los rectores lo que les "preocupaba" era que se "rompiera" con el llamado 'distrito único' y la nota obtenida no sirviera a los estudiantes para acceder a cualquier universidad como ocurre ahora.

El ministro ha recordado, no obstante, que la ley permite a las universidades realizar sus propias pruebas de acceso, algo que el decreto que prepara no lo puede impedir, pero ha insistido en que con el sistema acordado "se garantiza que sirva para todas".

Sobre esto último, el presidente de la CRUE ha dicho que espera que el próximo 19 de mayo los rectores acuerden en la Asamblea General no poner en marcha estos accesos específicos, algo que, según ha dicho, comparte "la inmensa mayoría de las universidades", pues "posibilitaría una cierta segregación" del alumnado en función de sus posibilidades económicas porque "no todos podrían hacer varias pruebas" en los distintos campus.

OCHO MATERIAS: CINCO TRONCALES, DOS OPCIONALES Y UNA ESPECÍFICA

Los alumnos se examinarán de ocho materias: las cinco troncales, dos opcionales y una de las específicas, a elección, en los dos

últimos casos, de los estudiantes. La nota final constará en un 60% del resultado de la evaluación y en un 40% del expediente de Bachillerato, como ocurre en la actualidad, y la puntuación máxima seguirá siendo de 14. Asimismo, previsiblemente se ponderarán varias materias en función de lo que se quiera estudiar, algo que no se hace en esta selectividad.

Las Comisiones de Evaluación de las comunidades autónomas --integradas por la administración, las universidades y los docentes de Bachillerato-- seguirán siendo las encargadas de realizar esta evaluación final, tanto en la aplicación de las pruebas, incluyendo su elaboración, como en la fijación de los tribunales, fechas, lugares de realización y reclamaciones. Las pruebas serán aplicadas por profesores del sistema público.

Un portavoz del ministerio ha explicado tras la rueda de prensa que ahora las comunidades autónomas diseñan los exámenes y establecen la duración de las pruebas, pero que el ministerio lo que pretende con el nuevo decreto es establecer lo que se llama una 'matriz de especificaciones' para determinar la tipología de las preguntas, el tiempo de duración y su proporción en función de los estándares de aprendizaje de las materias, es decir, los conocimientos que debe alcanzar el alumno tras cursarlas.

Este portavoz ha señalado también que la idea de que esta evaluación fuera tipo test, tal y como planteó el ministerio planteó en el primer borrador, "se abandonó hace mucho tiempo", pues, según ha indicado, son pruebas "competenciales" que exigen un tipo de preguntas más abiertas.

NO SERA UN EXAMEN EL MISMO DIA PARA TODAS LAS COMUNIDADES

"Se ha intentado encajar la PAU actual en la nueva legalidad", ha subrayado a los medios la secretaria ejecutiva de Asuntos de Estudiantiles de la CRUE y vicerrectora de Alumnos de la Universidad Autónoma de Madrid, Angela Barrios, que ha señalado que el ministerio se ha dado cuenta de que la propuesta inicial --un mismo examen y el mismo día para todos los alumnos del Estado-- era "enormemente difícil".

Asimismo, ha señalado que la CRUE lo que quería era cerrar "cuanto antes" este nuevo sistema con el ministerio para dar certidumbre al alumnado que este curso estudia primero de Bachillerato y que todavía no sabe en qué va a consistir el acceso a la universidad el curso que viene. "Queremos hacer algo que valga para después", ha indicado en alusión a un posible cambio de Gobierno.

Barrios también ha comentado que el ministerio baraja hacer cuestionarios a los estudiantes de Bachillerato que realicen la evaluación para conocer su nivel socioeconómico, como ha establecido para la prueba de sexto de Primaria.