La presunta autora del triple infanticido registrado el pasado lunes en un centro de acogida que la ONG Mensajeros de la Paz gestiona en el término vallisoletano de Boecillo, Gabriela L.B, continúa dando muestras de su intención de quitarse la vida ya que desde hace días, durante su estancia bajo custodia en el Módulo Penitenciario del Clínico Universitario de la capital, rehusa ingerir alimento alguno.
La cuidadora, cuyo próximo ingreso en el Centro Penitenciario de Valladolid se encuentra supeditado a la obtención del alta hospitalaria, ya que se recupera de la contusión sufrida en la cabeza--ha recibido 18 grapas--y de los cortes que con un cutter se autoinfligió en muñecas y pies, se niega a comer por su "deseo de morirse", según confirmaron fuentes jurídicas. Su negativa se enmarca en el estado de depresión por el que atraviesa, el mismo que le llevó a intentar quitarse la vida tras, supuestamente, asfixiar con papel de cocina film a los tres menores discapacitados de 3, 9 y 14 años, y el mismo que le indujo a protagonizar otro intento hace un par de años. "Durante el último año, todos los lunes se despedía de su marido por si fuera la última vez que volvían a verse", apuntaron las mismas fuentes.
Mientras tanto, el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid, José María Crespo, quien el pasado martes dictó contra la cuidadora auto de prisión comunicada y sin fianza como autora de tres delitos de homicidio, ha levantado ya el secreto de sumario, si bien el mismo, ha declinado precisar el contenido de una carta escrita por la detenida en la que ésta podría explicar los motivos de su actuación.
LEVANTADO EL SECRETO DE SUMARIO
"Levantar el secreto de sumario sólo significa que las partes personadas en la causa tienen acceso a lo instruido, pero el contenido de la documental obrante en la misma, tanto el atestado como las declaraciones, siguen siendo reservadas", ha advertido el juez, de ahí sus reservas a la hora de especificar determinados detalles.
El titular de Instrucción 1 advirtió de que será el próximo lunes, una vez se incorpore su homóloga del Juzgado de Instrucción 6, cuando ésta se haga cargo definitivamente de la causa y la que tendrá que decidir, entre otras cosas, si la Junta de Castilla y León, que se ha personado ya en las diligencias al ostentar la tutela de los niños, puede ejercer como perjudicada o bien como responsable civil de lo ocurrido. Al respecto, la Fiscalía vallisoletana no se opone a que lo haga como acusación, en cuanto responsable de los menores, pero sí como entidad perjudicada.
Lo que sí ha quedado ya resuelto es que Gabriela L.B, una vez reciba el alta, será conducida por la Guardia Civil hasta el penal vallisoletano, después de que el recurso de apelación interpuesto ayer por su defensa contra el auto de prisión fuera desestimado por la Audiencia de Valladolid.
La defensa de la cuidadora había presentado el referido recurso en un intento por que su patrocinada quedara en libertad provisional, a la espera de la celebración del juicio, alegando que Gabriela L.B. cuenta con domicilio conocido, no desea sustraerse a la acción de la Justicia y estaría dispuesta a presentarse a firmar cada quince días en dependencias judiciales.
Por el momento, siguen sin aclararse los motivos que llevaron, supuestamente, a la cuidadora a terminar con la vida de los menores que tenía a su cargo en la residencia que Mensajeros de la Paz posee en el número 1 de la calle Almendro, en la urbanización El Moral de Boecillo. Hasta la fecha, la detenida, tanto en su declaración inicial ante la Guardia Civil como en la posterior ante el juez de Instrucción 1, alegó no recordar nada de lo ocurrido y esgrimió que su único propósito era el de quitarse la vida. Tampoco se conoce si para facilitar la asfixia de los menores recurrió a algún tipo de somnífero. Y es que todavía no hay aún resultados de la autopsia de los tres fallecidos (el burgalés M.A.S.C, de 14 años; el guineano D.E.Q, de 9 años, y el salmantino D.G.C, de 3) ni informes forenses sobre las causas y circunstancias de sus muertes.