Dos parejas de hermanos listas para matar, primer golpe al yihadismo tras París

  • Están en Madrid en dependencias de la Comisaría General de Información
  • Fernández Díaz: "Tenían la fuerte determinación de atentar"

Dos parejas de hermanos fuertemente radicalizados, adiestrados y, sobre todo, dispuestos a cometer un atentado e inmolarse en el intento, han sido detenidos en Ceuta, los primeros arrestos en España a presuntos yihadistas tras los atentados hace quince días en París.

Farid Mohammed Al Lal y su hermano Mohammed y Anwar Alli Amzal y su hermano Rodouan -de nacionalidad española, origen marroquí y con edades comprendidas entre los 20 y los 39 años- son los cuatro arrestados esta madrugada en Ceuta por agentes de la Comisaría General de Información en una operación, bautizada como Chacal, que sigue abierta y ha permitido desarticular una célula lista para matar, según han revelado a Efe fuentes de la lucha antiterrorista.

Y aunque ninguno de los cuatro arrestados habían viajado a Siria para enrollarse en las filas de la organización terrorista Daesh, el conocido Estado Islámico, las fuentes subrayan que el perfil de todos ellos, unido a las armas y otros objetos incautados en sus domicilios, les hacían muy peligrosos.

Prueba de ello, ha explicado el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, es el "gran paralelismo" que guarda la célula desarticulada con los dos terroristas -también hermanos, los Kouachi- que atacaron el día 7 el semanario satírico Charlie Hebdo, en el que fueron asesinadas doce personas.

"Tenían la fuerte determinación de atentar" y, si hubiese sido necesario, inmolarse, ha dejado claro el titular de Interior a los medios de comunicación en el recinto donde se celebra la convención nacional del PP en Madrid.

Los presuntos yihadistas, ya están en Madrid en dependencias de la Comisaría General de Información, a donde han sido trasladados en helicóptero desde Ceuta y entre un importante despliegue policial.

Los cuatro habían adoptado numerosas y complicadas medidas de seguridad en sus desplazamientos y comunicaciones, tenían acceso a la compra de armas de fuego en el mercado negro y habían realizado prácticas con ellas.

Contaban, en definitiva, "con determinación para su uso en un potencial atentado terrorista", asegura Interior.

En paralelo a estas cuatro detenciones ordenadas por el juez de instrucción número cinco de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, quien el lunes les tomará declaración, los agentes han practicado dos registros en los que se han incautado de una pistola del calibre 9 mm parabelum, uniformes de combate y pasamontañas.

Se han localizado también placas de matrícula de vehículos españoles, machetes de grandes dimensiones, otro tipo de armas blancas, así como armas cortas, material informático y diversa documentación.

Interior subraya que los detenidos formaban parte activa de una célula y actuaban siguiendo las consignas del líder del Estado Islámico, Abu Bker Al Baghdadi, a través de una potente y agresiva campaña de comunicación y difusión mediática en los foros y páginas yihadistas de internet.

Unas consignas que se centran tanto en la necesidad de reclutar y enviar nuevos combatientes a la zona de conflicto (Siria-Irak), como en la idoneidad de cometer actos terroristas de amplia repercusión mediática en cualquier país occidental, y más concretamente europeo, en apoyo a Daesh.

Unas horas después del atentado de París, España decidió elevar el nivel de alerta antiterrorista, lo que ha supuesto desde entonces incrementar la vigilancia de las infraestructuras críticas y de lugares y personas con mayor riesgo de sufrir un atentado.

Así, desde ese día nuestro país ha pasado del nivel 2 con intensidad alta al nivel 3 de intensidad baja, dentro de los cinco que existen.

Pese a que los responsables de Interior han subrayado en diversas ocasiones que no hay motivos para una alarma adicional, sí que justificaron la conveniencia de adoptar medidas de seguridad adicionales tras el ataque en la capital gala.

El pasado año, las fuerzas de seguridad detuvieron a 40 presuntos yihadistas, muchos de ellos gracias a la colaboración de Marruecos.