El Partido Popular ha marcado Cataluña y Andalucía como las dos prioridades para las elecciones generales del 20 de noviembre. Por eso, los principales líderes nacionales se volcarán en estas dos comunidades durante la precampaña y la campaña. Según han informado fuentes populares, habrá una importante presencia de dirigentes en estas dos regiones, donde se deciden 108 de los 350 diputados del Congreso que están en juego.
El PP se ha marcado como objetivo movilizar a su electorado con la presencia de los políticos que tienen más tirón entre las bases, como la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre; el presidente del Partido Popular del País Vasco, Antonio Basagoiti; o la portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, que al estar embarazada frecuentará el AVE para acudir a ciudades conectadas con Madrid por alta velocidad, como Barcelona, Sevilla, Córdoba y Málaga.
Asimismo, pretende recurrir a dirigentes de perfil más moderado, como el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, o el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para atraer antiguos votantes del PSOE que estén desencantados con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y esta vez estén pensando apoyar al PP en las urnas.
La dirección del PP es consciente de que parte de sus opciones de triunfo en las elecciones generales, sobre todo si quiere conseguir mayoría absoluta, pasa por un buen resultado en Andalucía y Cataluña. Por eso, echará el resto en ambos territorios.
En total, hay 108 escaños en uego
Cataluña distribuyó un total de 47 diputados en las últimas elecciones generales: 31 en Barcelona, seis en Girona, 4 diputados en Lleida y seis en Tarragona. De todos ellos, el PP únicamente logró ocho representantes, frente a los 25 del Partido Socialista.
Por su parte, Andalucía otorgó 61 parlamentarios de la Cámara Baja: seis en Almería, nueve en Cádiz, seis en Córdoba, siete en Granada, cinco en Huelva, seis en Jaen, 10 en Málaga y 12 en Sevilla. El balance fue claramente favorable al PSOE, con 36 de los 61 parlamentarios. El PP se quedó con 25.
La formación de Mariano Rajoy confía esta vez en subir algunos escaños en Cataluña y dar la vuelta al resultado en Andalucía. El PP se toma las generales en esta comunidad como un ensayo para las autonómicas de primavera. Por eso, dará máxima prioridad a la presencia de dirigentes nacionales en las provincias andaluzas para potenciar a Javier Arenas, su candidato a la Junta.
En el caso de Cataluña, fuentes del equipo que dirige Alicia Sánchez Camacho confirmaron a Servimedia que ella misma ha decidido cambiar la estrategia con respecto a anteriores elecciones generales, en las que se evitó un desembarco de dirigentes nacionales por una animadversión social.
Ahora, aseguran que el clima político ha cambiado y que el PP, con la propia Sánchez Camacho a la cabeza, ha conseguido romper muchos de los prejuicios que existían contra su formación. En los comicios autonómicos y municipales de mayo ya pusieron en práctica esta táctica y les funcionó bien, así que ahora pretenden repetirla.