El secretario general del PSE-EE y candidato a la reelección como lehendakari, Patxi López, ha anunciado hoy que la próxima legislatura su partido presentará una propuesta "para que sea el Parlamento vasco quien debata y decida el sistema fiscal de Euskadi".
El PSE ha comenzado hoy la conferencia política, que bajo el lema "Trabajar es lo importante", va a celebrar durante el fin de semana en el Palacio Euskalduna de Bilbao con el objetivo de definir el contenido de su programa electoral ante las próximas elecciones autonómicas.
En su intervención, el lehendakari ha defendido la necesidad de reformar el actual sistema fiscal, porque, durante treinta años, "ha sido coto privado del PNV" y ha resultado "insuficiente e injusto".
Según ha dicho, si el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, "hubiera aceptado esa reforma", cuando el propio López la planteó por primera vez, hoy Euskadi no tendría "prácticamente deuda" y, sobre todo, habría habido "más recursos para planes de empleo", ayudar a las empresas y "dinamizar" la economía, ha afirmado.
Sin embargo, ha lamentado que Urkullu "ha estado cuatro años boicoteando la labor del Gobierno vasco" oponiéndose a la reforma que planteaba López y diciendo que el lehendakari no era competente en materia de fiscalidad.
Pero ahora, ha dicho López, cuando Urkullu es "aspirante" a presidir la Lehendakaritza, sí pide ese debate y eso es "la demostración palpable de que simplemente han estado intentando torpedear a este Gobierno".
El lehendakari ha defendido que sea el Parlamento, donde están sentados los representantes de toda la ciudadanía, el lugar para acordar un nuevo sistema fiscal porque no se puede "seguir acordando reformas fiscales en oscuros despachos", ni abordar ese cambio como "una guerra" entre los tres territorios vascos.
Ha hecho balance de los años que el PSE ha liderado el Gobierno vasco y ha recordado que cuando llegaron se encontraron "una realidad durísima" que el gobierno anterior del PNV "había ocultado a todos con arrogancia irresponsable, diciendo que la crisis era cosa de españoles" y que Euskadi estaba "a salvo".
Pero él se encontró "una caída brutal de ingresos ese año", 2.800 millones menos de lo presupuestado, y "una enorme administración, un sinfín de chiringuitos, un gasto público que entre 2001 y 2012 se había duplicado".
Así, ha valorado, los socialistas trataron de hacer "frente a la crisis con realismo", se conjuraron "para no dejar abandonado a nadie a su suerte", y con ese "aval" y con la conquista de la libertad en las calles de Euskadi gracias al fin de al violencia el PSE se presenta a las elecciones.
Ha recordado que su ejecutivo "ha sabido decir no a los recortes de Rajoy" y mientras sea lehendakari, ha prometido, los vascos "tendrán garantizados los servicios públicos universales", "sin copagos, sin cierres de escuelas ni hospitales" y "sin recortes de derechos".