El juicio que se sigue en la Audiencia de Navarra contra cinco jóvenes andaluces, que se hacen llamar "la Manada", por la presunta violación en grupo a una chica madrileña en los sanfermines del año pasado entra mañana en su fase final con la lectura de las conclusiones.
Después de nueve sesiones, todas ellas a puerta cerrada para preservar la intimidad de la denunciante y evitar una "indeseada" e "indeseable" exposición de los acusados, la Sección Segunda de la Audiencia ha decidido abrir la sala para la presentación de conclusiones.
En total podrán acceder 24 ciudadanos y 46 periodistas que en la jornada de mañana escucharán a las cuatro acusaciones personadas: Fiscalía, acusación particular y acusaciones populares ejercidas por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona.
Las penas solicitadas oscilan entre los 22 años y 10 meses que pide el Ministerio Público por un delito continuado de agresión sexual, otro contra la intimidad y un tercero por robo con violencia, hasta los 25 años y 9 meses que reclama el Ejecutivo foral, a lo que hay que añadir una indemnización para la joven de 250.000 en todos los casos, salvo la Fiscalía, que pide 100.000.
El martes está previsto que presenten sus conclusiones las defensas de los cinco acusados, tres letrados que pedirán la absolución de sus clientes por todos los cargos, excepto por el robo del móvil de la joven que ha admitido uno de ellos, un guardia civil que dijo haberlo sustraído por "avaricia".
De hecho, salvo por este robo, el pasado día 22 los cinco se declararon ante el tribunal "inocentes" de los cargos que les imputan, mientras que en las jornadas siguientes sus defensas han asegurado en todo momento que las relaciones fueron consentidas y en su opinión así lo acreditan entre otros elementos las imágenes que los propios procesados grabaron.
Una versión que no comparte el abogado de la joven, que calificó las imágenes de "repugnantes", ni tampoco los policías que han analizado las imágenes y el sonidos de los vídeos y en sus informes hablan de la "humillación" de la chica, el tono "imperativo" de los procesados, o una actitud "pasiva" por parte de la joven.
Esta opinión sería compatible con el "shock" en el que la denunciante dijo haber entrado ante la situación, en la que no opuso resistencia por la superioridad física y numérica de los acusados.
El criterio de los policías encajaría también con la opinión de las técnicas municipales que asistieron a la denunciante en un primer momento, cuando estaba "desconsolada", y con el estrés postraumático que apreciaron las psicólogas forenses cuando la evaluaron ya en octubre.
También el jueves testificó la policía municipal que tomó declaración a la chica y su comparecencia sostuvo por primera vez que la joven "sabía" que la estaban grabando pero no lo hizo constar en la denuncia, un comentario que contradice la versión dada por la denunciante hasta ahora.
Este comentario ha creado una controversia entre la partes, ya que mientras la acusación particular le resta importancia y lo atribuye a un error de la agente por el tiempo transcurrido, las defensas de los acusados ven este testimonio como trascendente.
Como prueba documental consta además en el sumario un informe encargado a unos detectives privados por el abogado de un militar imputado en la presunta violación y que recoge un seguimiento hecho a la chica en las redes sociales.
Los detectives estaban citados para testificar sobre este informe el mismo jueves, pero finalmente no lo hicieron al renunciar la defensa al mismo, por lo que solo ratificaron una fotografía obtenida de Instagram y aportada por otra de las defensas, en la que se ve la frase "Hagas lo que hagas, quítate las bragas", popularizada por una concursante de un reality.