Las escuchas de la Guardia Civil confirman que los máximos dirigentes de UGT Andalucia estaban al tanto de las practicas para desviar dinero de parados para el sindicato. De ese dinero se beneficiaron desde Cándido Méndez hasta el principal encausado, el tesorero Francisco Fresneda. Mientras, la Junta de Andalucía miraba para otro lado.