José Luis Izquierdo, el considerado contable de la Gürtel, ha afirmado que nunca dio dinero "a ningún político" y que siempre seguía órdenes del cabecilla de la trama, Francisco Correa, y de su número dos, Pablo Crespo, tras pedir perdón por no contestar a las partes debido a la "grave depresión" y la demencia senil que padece.