El despertador de María Jesús hoy ha sonado dos horas antes. A las cinco de la mañana se preparaba junto con su hermana para ir a la cola del paro. Ambas llevan dos años sin trabajar. Hoy se despertaban con la noticia de que el Gobierno aprobará la reforma las pensiones. Con 20 años ven todavía muy lejos su jubilación y a este ritmo, dicen, tendrán que trabajar más allá de los 70 años para juntar 37 años de cotización. Peor lo tienen sus amigos, dicen, que aún estudian y se incorporarán al mercado laboral más allá de los 25 años.
A las puertas del INEM hoy era el tema de conversación. Los parados que encontramos aseguran que ahora mismo lo que menos les preocupa es pensar en su retiro. Poca diferencia hay, dicen, con su situación acutal. Se ven forzados a no trabajar y vivir de un subsidio que apenas les permite llegar a fin de mes. En la mayoría de los casos, nos cuentan, es prácticamente imposible encontrar un trabajo y mucho menos encadenar más de un mes en la misma empresa. Es el caso de Rómulo y Alfredo. Durante estos dos años que han estado buscando un trabajo han cotizado muy poco a la Seguridad Social. Ellos no se van a ver afectados por el retraso en la edad de jubilación pero piensan. Pero lo que coticen ahora les servirá para calcular su pensión. A este paso, dicen, no les quedará nada.