Las carceles españolas son una olla a presión insoportablemente saturadas donde ocurren cosas como ésta. El tabique nasal roto y múltiples contusiones. Son las consecuencias de la brutal agresión sufrida por una funcionaria de prisiones en Estremera, aquí en Madrid.
Los funcionarios de prisiones denuncian su indefensión y acusan a la dirección del centro y al Ministerio del Interior de mezclar internos extremadamente peligrosos con otros casi rehabilitados. Una veintena de funcionarios han sufrido agresiones desde que en 2008 se inauguró esta cárcel.
Hemos conocido un nuevo y demoledor informe sobre la situación de las cárceles españolas, en concreto el sindicato mayoritario de funcionarios de prisiones habla de las madrileñas.
Que están así como ven. Desbordadas. La de Aranjuez con capacidad para 936 internos, con más de 1.500. Parecida situación en Soto o en Estremera: 1.008 celdas y casi 1.700 reclusos pernoctando dentro.