La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha afirmado este viernes que las bombas que se han vendido a Arabia Saudí "son láser de alta precisión y si son de alta precisión no se van a equivocar matando a yemeníes". Así se ha pronunciado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros cuando se le ha preguntado si el Gobierno puede garantizar que esas bombas no se usarán para matar civiles en Yemen y qué sucedería si se demostrase que ese ha sido el caso.
Sin embargo, también ha afirmado que en el contrato de venta "no hay especificación, naturalmente" sobre si se utilizarán en Yemen. "Pero por las características de los misiles láser no parece que vayan orientados a ese fin, eso es lo que considera el Gobierno", ha zanjado.
No obstante, en los informes anuales sobre autorización de operaciones de venta de armas siempre figura, en lo relativo a Arabia Saudí, que "todas las licencias relativas a munición fueron acompañadas de certificados de último destino con estrictas cláusulas de no reexportación y uso fuera del territorio del país". Así figura también en el informe de autorizaciones de 2015, año en que se acordó esta venta, aunque esta operación no aparece desglosada.
En la rueda de prensa, Celaá ha abundado el argumento de la "precisión" de las 400 bombas, como ya hizo este jueves el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que confirmó que España, finalmente, venderá esas bombas a Arabia Saudí pese a que Defensa confirmó hace días su intención de no ejecutar esa venta.
UNA DECISIÓN "COLEGIADA"
Preguntada por el impacto de la gestión de este asunto en el seno del Gobierno y si alguno de sus miembros ha tenido que ser reprendido, ha respondido que lo que hubo fue "una opinión que el Gobierno ha cerrado decidiendo el cumplimiento del contrato con Arabia Saudí" y que lo ha hecho "de manera colegiada" que es como actúa el Ejecutivo.
La propia Celaá ha recordado que ella misma, el pasado viernes, recalcó que el Gobierno "se alineaba con los intereses de los trabajadores de la bahía de Cádiz" y que "ninguna carga de trabajo para ellos estaba en riesgo", aunque ha opinado que la conexión entre el contrato de las bombas y el de los astilleros fue "quizá más mediática" que otra cosa.
Los trabajadores de Navantia en Cádiz comenzaron a movilizarse la semana pasada advirtiendo de que cancelar la entrega de las bombas ponía en riesgo el contrato para la construcción de cinco corbetas en los astilleros gaditanos.