El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha pedido "seny" (cordura) "para nosotros y para nuestros dirigentes" y no ser "profetas de calamidades" en su homilía en la misa solemne con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Merce, patrona de la capital catalana.
El arzobispo ha señalado que "estamos viviendo momentos complejos, pero no podemos ni debemos ser profetas de calamidades. Tenemos que trabajar todos para poner ternura y misericordia a nuestro alrededor. Debemos evitar la confrontación, la violencia y el desprecio de los demás".
"Pedimos a la Virgen de la Mercè que nos ayude a mantener firme nuestra esperanza también en las personas que nos rodean. Pedimos 'seny' cordura para nosotros y para nuestros dirigentes, para las familias y los pastores de la Iglesia. Dios lo puede todo." ha dicho Omella, en un sermón dedicado a la esperanza.
Al acto religioso, que ya no forma parte del programa oficial de actos de la fiesta mayor de la ciudad condal, no ha acudido la alcaldesa Ada Colau ni, oficialmente, ningún concejal de Barcelona en Comú ni de CUP-Capgirem.
En la primera fila de autoridades estaba el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, que ha acudido por primera vez como tal a la misa de la Mercè; el Inspector General del Ejército de Tierra, general Fernando Aznar Ladrón de Guevara y el conseller de Interior, Joaquim Forn.
También el segundo teniente de alcalde Jaume Collboni, presidente del grupo municipal del PSC y los del Demócrata, de Ciudadanos, de ERC y del PP, Xavier Trias, Carina Mejías, Alfred Bosch y Alberto Fernández.
La basílica de la Mercè está en obras, entre otros motivos para sustituir el órgano y, antes de empezar la homilía, el arzobispo ha roto el hielo pidiendo generosidad en la colecta de hoy.