Con la decisión adoptada hoy de adelantar las elecciones generales a noviembre, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dado marcha atrás en una idea que ha reiterado públicamente en numerosas ocasiones durante el último año, la de agotar una legislatura que debía acabar en marzo de 2012.
El antecedente más remoto de lo que hoy ha comunicado Zapatero data del 20 de diciembre de 2010, en la tradicional copa de Navidad que el presidente ofrece a la prensa en el Palacio de la Moncloa, y donde dijo que sólo una persona de su partido, que luego resultó ser José Bono, sabía la decisión que había adoptado sobre su futuro. Las especulaciones se sucedieron y sólo se despejaron claramente cuando anunció el pasado 2 de abril que no se presentaría a la reelección, abriendo así un proceso interno en el PSOE en el que Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido designado candidato, una vez que la ministra de Defensa, Carme Chacón, renunció a competir en primarias.
En todo este tiempo, la posibilidad de anticipar las elecciones ha estado muy presente en el debate político, alentada sobre todo por el Partido Popular, cuyos dirigentes, con Mariano Rajoy a la cabeza, no han dejado de reclamar a Zapatero que no agotara la legislatura. La respuesta siempre ha sido la misma por parte del presidente, una negativa que sin embargo dejó de ser tajante y rotunda a partir del debate de la nación del pasado mes de junio, cuando en vez de abogar por agotar la legislatura habló más de cumplir los objetivos que el Gobierno se había marcado para hacer frente a la crisis.
En enero pasado, con el debate todavía abierto sobre la posibilidad de que se presentara a la reelección, Zapatero ratificaba que su intención era convocar las elecciones en marzo de 2012, porque el Ejecutivo iba a cumplir su mandato de cuatro años "con todo el sentido de la responsabilidad", dijo el 10 de enero.
Según avanzaba el año, aumentaban los rumores en el ambiente político, tanto sobre la posibilidad de que Zapatero se presentara o no a las elecciones como respecto a un posible adelanto electoral.
En el Congreso, cada vez que el presidente de la Cámara, José Bono, recibía en su despacho al jefe del Ejecutivo o a algún ministro o vicepresidente, especialmente Alfredo Pérez Rubalcaba, la expectación crecía y se disparaban las voces que apuntaban al anticipo.
De hecho, algunos veían viable celebrar conjuntamente las elecciones autonómicas y municipales de mayo junto a las generales.
El mes de abril comenzó con unas declaraciones del presidente a varios periódicos en las que daba una enigmática explicación sobre su futuro: "Está pensado. Sé cómo tengo que hacer las cosas y cuándo".
HABLABA DE RESPETAR LOS TIEMPOS EN DEMOCRACIA
Los comicios autonómicos y municipales se celebraron el 22 de mayo y el PSOE sufrió una gran derrota, al perder el poder en cinco Comunidades Autónomas, que han pasado a ser gobernadas por el PP, y muchos ayuntamientos, incluidos los de grandes ciudades. Aun así, la misma noche electoral, Rodríguez Zapatero dejó claro que no tenía previsto a adelantar los comicios pese a la debacle del PSOE, bajo el argumento de que respetar "los tiempos" era "bueno" para el sistema democrático.
Hubo voces, incluso dentro de su propio partido, que abogaban por adelantar, como el derrotado presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, que lo consideraba "conveniente".
Pero Zapatero siguió transmitiendo el mensaje de que esa decisión no era apropiada para garantizar el éxito de las medidas anticrisis adoptadas por el Ejecutivo.
La última vez que el presidente del Gobierno se refirió en público a su voluntad de no anticipar las elecciones generales fue el 18 de junio, en San Petersburgo, antes de entrevistarse con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, y cuando ya estaba claro que Rubalcaba iba a ser el candidato del PSOE. Su deseo de entonces, explicó en una rueda de prensa ante la pregunta de si anticiparía las elecciones, era "adelantar la recuperación económica y la creación de empleo".
Después vino el debate sobre el estado de la nación, a finales del mes de junio, la proclamación de Rubalcaba como candidato y la explicación dada hoy por Zapatero para su decisión de no agotar la legislatura, bajo el argumento de que ahora es algo "natural y razonable".