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Los vecinos de Melilla se mostraban tranquilos tras el seísmo de 5,1 grados en la escala de Richter registrado en aguas del mar de Alborán, a unos 74 kilómetros de la ciudad, y que volvía a sobresaltarles sobre la 04:45 de la pasada madrugada.

"Yo creo que estamos ya acostumbrados, nada, un poco de movimiento y ya está, a dormir", ha comentado a Efe un vecino de Melilla, que, como otros ciudadanos, reconoce que el anterior terremoto si que le hizo pasar mucho miedo y en esta ocasión no ha salido a la calle.

En un primer momento algunos melillenses alarmados se pusieron en contacto con el 112 mientras que otros decidieron salir de sus casas con sus coches y desplazarse a los pinares de Rostrogordo, por el temor a que se pudieran producir réplicas de mayor intensidad.

De hecho el temblor fue seguido a los pocos minutos, a las 04:52 horas, por una réplica de 4,6 grados, con epicentro en la misma zona de la costa de la ciudad marroquí de Alhucemas y hasta las 13:00 horas, según el Instituto Geogréfico Nacional (IGN) se han contabilizado 22 movimientos de distintas magnitudes, algunos superiores a los 3 grados.

Otra vecina, que ha dicho que ha vuelto a sentir pánico, ha relatado como estaban acostados "y ha empezado a moverse la cama" y ha salido "pitando para el comedor y luego ha habido otros dos más". "Además es que me he mareado y todo", ha asegurado.

No se han registrado heridos y los daños materiales se limitan, según un primer análisis, al edificio del Casino Militar, uno de los más afectados en el anterior terremoto, de donde se ha desprendido una de las rosetas que adornaba su fachada. Todos los centros escolares han abierto sus puertas con total normalidad y el 112 no ha necesitado realizar ninguna intervención de emergencia.

Este movimiento sísmico se produce casi un mes después de que el 25 de enero la ciudad autónoma fuera sacudida por un fuerte terremoto de 6,3 grados, que causó 26 heridos y numerosos daños materiales en la ciudad.