Aunque haya sido por unas horas, el espíritu de concordia, de consenso y de reconciliación que acompañó en su vida política al expresidente Adolfo Suárez se ha respirado estos dos días por los pasillos del Congreso, escenario casi siempre de encontronazos y de diferencias irreconciliables. En estas 24 horas se han visto extraños compañeros de velatorio, políticos de toda ideología y condición unidos bajo la figura del artífice, junto al Rey, de la democracia española.