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Soledad Becerril tomó posesión este lunes como Defensora del Pueblo reafirmando su compromiso de ejercer el cargo con rigor, austeridad e independencia, "no sujeta a presiones de grupos de poder". Propuesta por el PP y el PSOE y después de comparecer ante la Comisión Mixta de Relaciones con el Defensor del Pueblo, Soledad Becerril obtuvo el respaldo requerido de al menos tres quintos del pleno de las cámaras, en sendas votaciones celebradas los pasados días 17, en el Congreso, y 18, en el Senado. Su toma de posesión estuvo presidida por el presidente de las Cortes Generales, Jesús Posada, y contó con la asistencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete; y las presidentas de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. También estuvieron algunos de sus predecesores en el cargo, como Álvaro Gil Robles, Fernando Álvarez de Miranda o María Luisa Cava de Llano, y el que será su Adjunto, el socialista Francisco Fernández Marugán.

Ante todos ellos prometió desempeñar fielmente su cargo de conformidad con la ley orgánica, respetando y haciendo respetar la Constitución y las leyes, y guardar fidelidad al Rey.

Ya como Defensora del Pueblo, aseguró que es "perfectamente consciente" de las dificultades que atraviesa España e hizo suyas las palabras del Rey cuando recientemente emplazó a todos los responsables públicos "a mantener la responsabilidad, el sentido de la solidaridad, la templanza y el espíritu de sacrificio".

Por ello, se propone ser la defensora de los derechos y libertades establecidos en la Constitución, y serlo "con rigor, independencia, no sujeta a presiones de grupos de poder, y desde una institución austera".

Lo será también "de todos los españoles", y por eso, si alguna comunidad autónoma considera que en estos momentos "no es imprescindible o no es conveniente" contar con una institución similar, "deben saber todos los españoles que yo seré la defensora de todos por igual, con independencia de su lugar de residencia y condición".

Soledad Becerril subrayó que la Constitución consagra derechos pero también "responsabilidades", y se mostró convencida de que, cuanto más responsables son los ciudadanos, "más plural es la sociedad, más rica y más solidaria".

Defendió también su tesis de que las administraciones "no deben invadir el ámbito de lo privado, de la pequeña libertad de todos los días, con normas, reglamentos y decretos", y para defender esas libertades trabajar

"intensamente" y siempre "ante las administraciones, no frente a las administraciones".

Sus nietas, presentes en el acto de toma de posesión, explicó, representan a las nuevas generaciones de las que espera que "trabajen, cuiden y mejoren la patria por la que procuramos trabajar las abuelas".

Posada se mostró convencido de que la "sólida trayectoria" de Becerril, su compromiso democrático y su vocación de servicio la hacen "digna merecedora" del cargo, cuya labor será "particularmente compleja" dadas las circunstancias.

CONCEPCIÓ FERRER ADJUNTA SEGUNDA A LA NUEVA DEFENSORA

El PP ha llegado a un acuerdo con CiU para que Concepció Ferrer sea la adjunta segunda a la nueva Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, que ha tomado hoy posesión de su cargo. Fuentes gubernamentales han explicado a Efe que este pacto completa el acuerdo con el PSOE para que el adjunto a la nueva Defensora sea el exdiputado socialista Francisco Fernández Marugán.

Fernández Marugán fue designado el pasado 29 de junio adjunto a la nueva Defensora dentro de las negociaciones para la renovación de los órganos constitucionales.

Concepció Ferrer, que nació en Girona en 1938, ha desempeñado, entre otros cargos, el de eurodiputada por CiU, además de ser miembro del Parlamento Europeo por el grupo del partido popular europeo. También ha formado parte de la dirección de su partido, Unio Democrática de Catalunya, siendo consejera nacional desde 1977 y miembro del "Comité de Govern" desde 1979. Fue diputada también del Parlamento de Catalunya entre 1980 y 1987.

La nueva Defensora del Pueblo, la exministra de Cultura, exparlamentaria y exalcaldesa de Sevilla Soledad Becerril, ha relevado en su cargo a María Luisa Cava de Llano, quien ha permanecido en esta institución durante los últimos doce años, los dos últimos como titular.