El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, se reunirán este lunes en el Palacio de la Moncloa con la intención de normalizar unas relaciones muy deterioradas entre ambas administraciones, aunque no hay grandes expectativas de que puedan llegar a acuerdos de calado.
Gran expectación puesta en un encuentro, en el que no hay vetos para hablar de cualquier tema. De entrada la reunión ya supone un cambio de ciclo frente al choque de trenes que ha presidido la relación institucional entre Moncola y la Generalitat.
Diálogo ha sido la palabra talismán que el soberanismo ha empleado siempre. Ahora bién sus límites y sus objetivos son los que de nuevo contaminan el clima más optimista. Quim Torra reiteraba ayer que la Generalitat mantiene sus objetivos: República y declaración de independencia. Y recordaba a Sánchez de donde proceden los apoyos que le hicieron presidente.
En una entrevista en El Mundo, la vicepresidenta Carmen Calvo también reiterraba una posición conocida. Para el gobierno, toda negociación debe estar dentro de la Constitución. De hecho: la primera impugnación del Gobierno va a ser contra la resolución del Parlament que alentaba la vía unilateral a la independencia.
Según explicó el viernes la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, esa decisión no tendría por qué influir en el desarrollo de la reunión ya que hay que separar la vía judicial de la política.
El Ejecutivo, por tanto, reaccionará a cualquier hecho que las autoridades catalanas emprendan para avanzar en su objetivo de construir de manera unilateral un Estado independiente saltándose la Constitución y el Estatut.
La consejera de Presidencia de la Generalitat, Elsa Artadi, consideró poco después que se trataba de una actuación "extremadamente imprudente" y aseguró que sería un asunto que se abordará en la reunión de mañana.
El propio Torra dijo ayer que la decisión de acudir al Tribunal Constitucional es una "mala noticia" y se preguntó si se encontrará con un presidente con voluntad de hablar de todo o prevalecerá su faceta en la que avaló la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Parece que nada ha cambiado, pero quizá el cambio mayor sea el deseo de cambiar. De momento, La Generalitat ha propuesto una segunda reuión a Pedro Sánchez en septiembre en Barcelona. Por ahora, la única via boqueada es la del silencio.