El Rey ha presidido este sábado en Valladolid la celebración por el Día de las Fuerzas Armadas. Aunque se ha servido de una muleta para acceder a la tribuna y abandonarla después, ha permanecido firme, en pie, sin ningún apoyo, durante los 45 minutos que se ha prolongado el acto, en el que se ha hecho un homenaje a la bandera y a los caídos.
El monarca llegó a la Plaza Mayor de Valladolid en coche, acompañado por la Reina y los príncipes, y fue recibido por unos tímidos aplausos de los cerca de 3.000 vallisoletanos que han asistido a la celebración.
Le esperaban ya los ministros de Defensa, Pedro Morenés, e Interior, Jorge Fernández Díaz; el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, y la cúpula militar, encabezada por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante Fernando García Sánchez.
La "rapidísima" recuperación tras la intervención quirúrgica, en palabras de Zarzuela, ha permitido al monarca asistir a la celebración, aunque se han introducido algunos cambios en la organización del evento militar. Por ello, no ha pasado revista a la fuerza, y ha accedido por una rampa a la tribuna, desde donde ha recibido honores militares.
Sin embargo, después no ha necesitado de ningún apoyo y ha asistido a todo el acto en pie. Una vez finalizado, ha vuelto a servirse de la muleta para bajar de la tribuna por la rampa, y antes de entrar en el coche oficial se ha dirigido hacia los familiares de los fallecidos que han sido homenajeados y les ha saludado uno a uno.
Los aplausos más fuertes se escucharon cuando saltaron desde un avión militar dos cabos de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (PAPEA), que portaban una gran bandera española, de 39 metros cuadrados y 15 kilos de peso, que ha sido izada en un mástil situada en el centro de la plaza.
Después del saludo de los Reyes a las autoridades ha dado comienzo el acto institucional del Día de las Fuerzas Armadas con la incorporación de Banderas Coronelas de unidades que participaron en la Guerra de la Independencia.
Acto seguido, los altavoces instalados en la plaza han amplificado el anuncio del homenaje a la bandera como un acto que "contribuye a la identificación del pueblo español con la nación y con los símbolos que representan a las Fuerzas Armadas", lo que ha despertado una salva de aplausos y gritos por parte de los espectadores más entusiastas. EMOCION EN EL HOMENAJE A LOS CAIDOS
El ceremonial en memoria de los caídos ha suscitado emoción entre los asistentes, muchos de los cuales han unido sus lágrimas a las de los catorce familiares de los miembros de las Fuerzas Armadas fallecidos en acto de servicio en 2011 que han participado.
Al paso de la corona de laurel portada por dos cabos mayores del ejército del Aire y de la Armada, se ha escuchado el himno de 'La muerte no es el final' y los versos del poeta Martín Garrido: "Lo demandó el Honor y obedecieron; lo requirió el deber y lo acataron; con su sangre la empresa rubricaron; con su esfuerzo, la Patria redimieron".
Así, un llanto silencioso ha recorrido la Plaza Mayor hasta la aparición de los aviones de la 'Patrulla Aguila', que han despertado los aplausos más sonoros de la celebración tras dibujar los colores rojo y gualda en el cielo.
El acto institucional del Día de las Fuerzas Armadas ha concluido a las 12.40 horas con la retirada de los 620 militares participantes, el saludo que la Familia Real ha trasladado personalmente a cada uno de los familiares de los caídos, y una última y prolongada salva de aplausos por parte de los asistentes.