La Reina Letizia ha demostrado el dolor, sufrimiento y, por qué no, la alegría que se siente cuando como padres de un niño con enfermedad rara se tiene un diagnóstico; poniéndose en su piel ha reivindicado el papel de la investigación, "siempre rentable y conveniente" y "camino esencial para avanzar en todos los ámbitos".