Legazpi y otros municipios gobernados por Bildu se rebelan. Los proetarras han impuesto un particular sistema de recogida de basuras que sustituye los contenedores tradicionales por unos percheros donde colocar los residuos.
Los vecinos lo consideran caro y antiestético, se han agrupado en plataformas y muchos han colgado bolsas de basura de sus balcones a modo de protesta. Ahora denuncian presiones del entorno proetarra a modo de represalia.