El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha subrayado hoy que el ejemplo de la Constitución de Cádiz enseña que "en tiempos de crisis, no hay que tener miedo a hacer reformas", sino "la valentía" de llevarlas a cabo, en favor del bienestar de los ciudadanos, frente al "inmovilismo y la resignación".Ante las más de 300 personalidades asistentes a la ceremonia conmemorativa del bicentenario de aquella Carta Magna, entre ellos las máximas autoridades de los tres poderes del Estado, Rajoy ha afirmado que, gracias a la decisión de los constitucionalistas de 1812, "la reforma trajo el cambio" y "hoy como entonces, el cambio es la reforma".
"Precisamente en momentos como los actuales para la nación", cuando "el presente se vive con inquietud por millones de españoles, más que nunca el Gobierno y todas las instituciones del Estado estamos llamados a redoblar los esfuerzos para crear condiciones" que permitan que "el bienestar llegue a todos los ciudadanos", ha proclamado el jefe del Ejecutivo. "Cuando la pesadumbre atenaza la vida de la nación, los españoles siempre hemos sabido reaccionar con admirable fortaleza y determinación, apartando nuestras diferencias", ha señalado Rajoy en sus palabras de homenaje a la Constitución de 1812, que ha definido como "una de las grandes aportaciones españolas a la historia de la libertad".
Al rendir tributo a la Pepa, también ha destacado la vigencia de la monarquía constitucional, "hoy más viva que nunca", y del "sentido de pertenencia a la nación basado en el patriotismo liberal, la virtud cívica y la unidad nacional", unos sentimientos que ha animado a asumir "sin complejo alguno".
Asimismo, ha defendido el pensamiento que recibió entonces el nombre de "liberal", que dio lugar a un "movimiento político de ahora en adelante europeo y universal", que supone "una exigencia universal" y es "el mejor fundamento de la democracia, la tolerancia y la pluralidad".La celebración del bicentenario debe servir asimismo para "actualizar virtudes como el patriotismo", a juicio de Rajoy, quien ha advertido además sobre la importancia de que la Cumbre Iberoamericana de Cádiz garantice "conclusiones operativas y compromisos verificables, para seguir manteniendo la vigencia y pujanza del imprescindible eje atlántico".
Previamente, ha tomado la palabra el presidente del Congreso, Jesús Posada, quien ha destacado que la Pepa certificó "la caída del antiguo régimen" y el inicio de un camino "hacia el Estado de Derecho" basado en el "respeto a los derechos fundamentales de las personas".Fue también una constitución que, en una España en plena guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas, simbolizó "la voluntad de afirmar y defender nuestra identidad nacional" e introdujo al país "por la senda de la modernidad y la libertad", creando un marco de convivencia para todos los españoles "sin privilegios ni exenciones".
Tras invitar a "redescubrir y reafirmar nuestro compromiso" con aquel espíritu, Posada ha señalado que este bicentenario es para él una ocasión para hacer un homenaje a la monarquía española y a la corona que "ha ofrecido a todos los españoles" la posibilidad de tener "una referencia más allá de las diferencias políticas" y, en este sentido, ha agradecido a don Juan Carlos y doña Sofía su "dedicación y entrega al servicio de España".
También ha tomado la palabra el presidente del Senado, Pío García Escudero, quien ha señalado que "el mejor homenaje" que se le puede hacer doscientos años después a aquella primera carta magna es tomar como "ejemplo y estímulo" el "coraje" y la "gallardía" de aquellos diputados y "renovar nuestro compromiso" con los valores "que ellos defendieron".García Escudero ha afirmado que aquella primera carta magna "será siempre" un "mito" de "dimensión universal" y ha apuntado que los españoles de hoy "tenemos la obligación de ser los primeros guardianes de la libertad" y de conservar el legado de aquella Constitución con la que "la nación española se proclamaba dueña exclusiva de su destino".
El presidente del Senado ha recordado también que los pilares de la Constitución de 1978 están en la de 1812, una carta que tuvo un camino "tortuoso" y "jalonado de pasos en falso" pero cuyos frutos han quedado.
