El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha defendido la importancia de la cultura como "elemento vertebrador económico y social" y ha destacado la "obligación inexcusable" del Ejecutivo de articular "un sistema educativo que asiente una biografía común".
"Es obligación inexcusable de los gobiernos articular políticas que ayuden a concienciar a los ciudadanos sobre la pertenencia a un determinado colectivo que comparte vivencia y valores democráticos; un sistema que explique los retos del presente y se proyecte hacia un futuro integrador", ha dicho Rajoy en la primera visita que realiza como presidente del Gobierno a la Biblioteca Nacional de España.
La visita de Rajoy ha coincidido con los actos de clausura del tercer centenario de esta institución que es, en su opinión, "un sólido depósito de nuestra memoria común y de conocimiento, y un ejemplo de adaptación a las nuevas tecnologías", y que pronto contará con un nuevo régimen jurídico y con un estatuto propio, como sucede con el Museo del Prado y con el Reina Sofía.
En plena polémica suscitada por la reforma educativa que quiere poner en marcha el Gobierno, Rajoy no desaprovechó la ocasión para afirmar que la cultura "es pensamiento, reflexión, creatividad, pero también está vinculada a la instrucción, al conocimiento, a la capacidad de juicio crítico y a la formación de ciudadanos libres".
Por eso "es obligación inexcusable de los gobiernos" articular un modelo "basado en la calidad, el esfuerzo, el mérito, la capacidad, la mejora de contenidos y sistemas de evaluación externa". "Una educación que propicie ciudadanos conscientes de la importancia de la cultura como elemento vertebrador, económico y social y en consecuencia como oportunidad estratégica de futuro para nuestro país", subrayó Rajoy.
En el mismo acto, la nueva directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos, consideró necesario que la BNE recupere "la consideración que tenía antaño como institución cultural esencial para nuestro país", en clara alusión a la decisión del anterior Gobierno de quitarle a la Biblioteca la categoría de dirección general y dejarla en subdirección general.
Ese cambio de rango "no supuso ningún ahorro" pero sí "le hurtó" a la biblioteca el estar presente en diferentes órganos del Estado, según dijo el presidente de la Fundación Amigos de la Biblioteca Nacional, Pere Vicens.