El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cumple este viernes su primer aniversario desde que llegó a La Moncloa y está convencido de que el balance es "positivo", porque en apenas doce meses ha sentado "las bases para corregir todos los desequilibrios" que encontró en la economía española cuando tomó posesión.
Este primer año de mandato "no ha sido fácil" porque la situación que encontró heredada del socialista José Luis Rodríguez Zapatero fue "mucho peor de lo previsto", pero considera que ha sabido revertirse en muchos aspectos, según apuntaron a Servimedia fuentes cercanas al presidente.
Rajoy se siente especialmente satisfecho de la reforma laboral que aprobó por decreto ley en el mes de febrero, con gran oposición de los sindicatos. A su juicio, ha servido para que las empresas tengan alternativas al despido a la hora de ajustar sus plantillas y, sobre todo, ha permitido que empresas extranjeras como Ford y Renault vuelvan a ver a España como "un país atractivo" en el que fabricar sus vehículos.
El Ejecutivo está orgulloso también de haber culminado en menos de un año la reforma del sistema financiero, que llevaba "tres años de retraso" por la inacción del anterior presidente. Con las fusiones de las entidades, el rescate bancario y la creación del denominado banco malo para sanear los balances, Rajoy cree que a partir de ahora empezará a fluir el crédito.
DÉFICIT PÚBLICO Y EUROPA
Pero el mayor esfuerzo del Gobierno ha sido el cumplimiento del déficit público, que Zapatero dejó en el 9% y que Rajoy se comprometió a rebajar en 2012 hasta el 6,3%. Fuentes del equipo económico afirmaron a Servimedia que finalmente no se alcanzará ese objetivo, aunque se espera que quede por debajo del 7%.
En el Palacio de la Moncloa sostienen que reducir dos puntos el déficit público en un momento de recesión económica tiene un gran mérito de gestión que la UE ha reconocido públicamente al asegurar que no se pedirán nuevos ajustes a España durante el año 2013.
Rajoy presume especialmente de haber recortado el gasto público y el presupuesto de la Administración central hasta el punto de reducir el presupuesto de sus ministerios en un 25% en apenas un año. En su opinión, esta es la mejor prueba de su compromiso para cumplir con los objetivos marcados por la UE, aunque al final no se cuadre del todo la cifra del 6,3%.
El presidente del Gobierno estima que el mercado laboral, el sistema financiero y el déficit público eran los tres grandes problemas que encontró cuando tomó posesión del cargo el 21 de diciembre de 2011 y, en apenas doce meses, ha adoptado todas las medidas para corregir los excesos de los años anteriores.
Rajoy piensa que "estos tres grandes asuntos están encarrilados y fuera se empieza a percibir" así, ya que los socios comunitarios han alabado las medidas de España y la presión de los mercados se ha suavizado en los últimos meses. "Los primeros resultados son muy timidos pero empiezan a estar aquí", subrayó a Servimedia un portavoz oficial.
SIN RESCATE, HASTA AHORA
El Gobierno subraya que hace un año se hablaba de España como la siguiente pieza de dominó que caería en Europa, tras el rescate de Grecia, Irlanda y Portugal. Sin embargo, "no ha caído" hasta el momento y ahora en todo el mundo ensalzan el gran número de reformas.
No obstante, no quiere echar las campanas al vuelo, porque sabe que todavía queda mucho por hacer para salir de la crisis y es consciente de que el contexto europeo de recesión puede provocar que las reformas adoptadas en el primer año tarden más tiempo en dar sus frutos.
La mayor sorpresa de Rajoy en estos doce meses ha sido precisamente la crisis interna que atraviesa la Unión Europea y que le ha obligado a "prestar más atención de la prevista" en un primer momento, hasta el punto de quitarle tiempo para abordar otros problemas domésticos.
Sin embargo, como dijo el pasado viernes al terminar el Consejo Europeo en Bruselas, está satisfecho porque cuando llegó al cargo hace un año no se hablaba de unión bancaria y ahora hay una agenda para su implantación en el continente.
LOS RECORTES, LO MÁS NEGATIVO
A la hora de hacer autocrítica, el Ejecutivo se lamenta de haber tenido que aplicar tantos recortes para reducir el gasto público y cumplir el objetivo de déficit. Este es el aspecto más negativo para Rajoy, según aseguraron a Servimedia las fuentes consultadas.
El Gobierno compara la situación actual del país con la de un enfermo de cáncer que se tiene que someter a un tratamiento de quimioterapia. Sabe que va a curarse pero, mientras tanto, se le cae el pelo y se siente muy débil. "En España estamos pasando ese trance".
Rajoy asume que "las cosas necesitan su tiempo y maduración", porque la economía se destruye muy rápido pero su reconstrucción requiere un proceso lento. Es consciente de que los ciudadanos tenían "unas expectativas muy altas" cuando tomó posesión y los efectos todavía no se vislumbran, pero está convencido de que en 2014 se saldrá del túnel y aparecerá la luz del sol.
La mayor satisfacción, y casi la única, que Rajoy se ha llevado en este primer año de mandato ha sido en el ámbito político. Cree que los españoles han "relegitimado" su proyecto con el triunfo por mayoría absoluta del Partido Popular en las elecciones autonómicas de Galicia y con la subida de votos y escaños en los comicios de Andalucía y Cataluña, dos territorios tradicionalmente muy adversos para su formación.
El presidente del Gobierno está orgulloso de que sus colaboradores han trabajado "como mulas" para obtener estos resultados electorales y para sacar adelante las reformas económicas que España necesita.
Por último, en el trato con la oposición, Rajoy asume que a partir de ahora será necesario contar con el apoyo del PSOE en algunas de las grandes reformas que requiere el país, pero presume de tener "más contacto" del que se cuenta con el líder de la oposición. Afirma que la relación con el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba es especialmente buena y constante en todo lo referido al desafío independentista que Artur Mas ha planteado en Cataluña.