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El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se somete este miércoles por la tarde a una cuestión de confianza para recomponer las relaciones con la CUP que le permitan culminar el proceso soberanista en 2017, su objetivo de la legislatura. Puigdemont prevé superar sin problemas la primera cuestión de confianza de la democracia en el Parlament, porque la CUP ya ha anunciado su 'sí', pero el interés radica en los gestos que pueda haber entre ambos.

Como anticipó él mismo, en el debate del miércoles y el jueves propondrá un referéndum pactado con el Gobierno central, y está dispuesto a negociar la pregunta, la fecha, el quórum y la moratoria, cuestiones capitales para una operación política de esta magnitud. Ante el previsible 'no' del Gobierno central a un referéndum así, la clave del debate es si el presidente abordará la posibilidad de convocar un referéndum de las mismas características pero unilateralmente desde la Generalitat.

La hoja de ruta soberanista actual no recoge este referéndum y plantea culminar el proceso con unas elecciones autonómicas a modo de unas constituyentes, que deberían celebrarse en otoño de 2017. El punto a favor de unas constituyentes es que difícilmente serían impugnadas porque serían legalmente unas autonómicas; pero el punto en contra es que no servirían como un instrumento que avalara la comunidad internacional para ratificar la independencia. El referéndum sería la mejor herramienta para los soberanistas pero, al contar con el rechazo del Gobierno central, sacarlo adelante unilateralmente podría convertirlo en una consulta al estilo de la 9N de 2014: sin efectos vinculantes y sin que los partidarios del 'no' se sientan llamados a votar.

LA OPOSICICIÓN DICE “NO” A PUIGDEMONT

La CUP es el principal partido que exige este referéndum unilateral; a ERC le gusta pero reconoce que implica debilidades que hay que superar; y PDC pide que no esto no haga encallar el proceso. Sobre el resto de partidos de la oposición, PSC, C's y PP ya han anunciado su 'no' al presidente al discrepar de su hoja soberanista, mientras que SíQueEsPot decidirá tras escuchar a Puigdemont, aunque está próxima al 'no'.

El presidente también aprovechará la cuestión de confianza para exigir a la CUP que apoye los Presupuestos de 2017, alegando que culminar el proceso precisa la estabilidad institucional que dan unas cuentas públicas aprobadas. La CUP ya tumbó los Presupuestos de 2016 en el primer trámite parlamentario --fue la primera vez que ocurría desde la restauración del Parlament--, y ahora ha dejado claro que un 'sí' a la cuestión de confianza no implica avalar luego las cuentas.

CIUDADANOS: “PUIGDEMONT SE TOPA CON UN MURO”

La líder de C's en Cataluña, Inés Arrimadas, entiende que el presidente de la Generalitat prevé plantear al Estado un referéndum acordado durante la cuestión de confianza porque "sabe que no puede avanzar" en su hoja de ruta independentista, que "topa con un muro", el del orden constitucional vigente. Arrimadas ha criticado que Puigdemont "vuelva a la casilla de salida" planteando de nuevo un referéndum pactado.

La jefa de la oposición en el Parlament ha recordado que el Govern y el president descartaron hace unos meses esta vía, al asegurar que ya se había hecho con la consulta "ilegal" del 9N y con las elecciones autonómicas del 27S, que plantearon como un plebiscito.

Por su parte La portavoz del Govern, Neus Munté, ha asegurado que un eventual referéndum soberanista debe ofrecer garantías que permitan que sea reconocido internacionalmente, "como se ha visto en el contexto europeo" con el caso de Escocia. Munté ha afirmado que el Govern no se quedará "de brazos cruzados" si el Estado se niega a negociar el proceso soberanista de Cataluña, y no renunciarán a la hoja de ruta soberanista que consideran avalada.

Sobre las diferencias en el seno de JxSí respecto al referéndum, ha reclamado "desdramatizar" la diversidad de opiniones, y ha asegurado que lo importante es que hay consenso en cuál es el objetivo.