El presidente de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo Gonzalo Moliner ha sido elegido este martes presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo al lograr los 12 votos requeridos por la ley para su elección. Cinco vocales votaron en contra de su nombramiento y otros tres se abstuvieron.
Los 20 vocales han comenzado sus deliberaciones para nombrar al máximo responsable de la Carrera Judicial en un pleno extraordinario convocado a las 9.30 horas y en apenas diez minutos han logrado el consenso necesario para designar a Moliner, un candidato considerado progresista, ya que es uno de los fundadores de la asociación Jueces para la Democracia. Los consejeros han elegido al magistrado en una rápida sesión que contrasta con las innumerables votaciones mantenidas durante las 14 horas de discusión en las que se alargaron las dos reuniones mantenidas la pasada semana y que culminaron sin lograr cubrir el cargo vacante que dejó el dimitido Carlos Dívar el pasado 21 de junio.
“LA AFRONTO POR UNA PARTE CON ILUSIÓN”
El magistrado del Tribunal Supremo Gonzalo Moliner ha asegurado que afronta esta nueva etapa con ilusión, pero también con algo de miedo ante la complejidad del cargo. "La afronto por una parte con ilusión porque pienso que todos hacemos falta en este territorio y por otra parte con miedo, con algo de miedo porque veo que la cosa puede ser compleja", ha dicho Moliner a su llegada a la sede del CGPJ después de que el pleno del órgano de gobierno de los jueces le haya elegido presidente.
Moliner, que se ha trasladado al Consejo desde Valencia después de conocer su elección, ha señalado a los medios de comunicación que está ilusionado porque cree que entre todos se puede llevar el Consejo "la mar de bien" y que todos los posibles problemas se pueden arreglar, y que su "miedo" está provocado por la "novedad".El magistrado, hasta ahora presidente de la Sala de lo Social del TS y miembro de la asociación Jueces para la Democracia, ha considerado que le parecen suficientes los apoyos que ha recibido de los veinte vocales del Consejo -12 votos a favor frente a 5 en contra y 3 en blanco-.
Preguntado por la situación en la que ha quedado el Consejo, tras la dimisión del anterior presidente Carlos Dívar por el escándalo de sus viajes en fin de semana, Moliner ha admitido que su cargo requiere responsabilidad, pero que esa responsabilidad -ha dicho- es de todos. "La responsabilidad la tenemos todos, después de Dívar o antes de Dívar. Yo creo que la responsabilidad es de todos; pienso que en el Consejo hay gente muy responsable y todos actuamos con responsabilidad", ha añadido.
Sin embargo, no ha querido opinar sobre la reforma del CGPJ anunciada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y se ha limitado a afirmar que hablará de ello "a su tiempo" cuando tome posesión y conozca en profundidad esas medidas, que de momento solo conoce "de oídas".No obstante, ha señalado que no cree que se esté desmantelando el Poder Judicial, como se ha dicho desde algunas asociaciones de jueces: "no creo que el Gobierno tenga esa intención", ha destacado para añadir que el Poder Judicial y el CGPJ seguirán funcionando.
GONZALO MOLINER, UN MAGISTRADO PROGRESISTA PARA SUSTITUIR A DÍVAR EN EL CGPJ
El magistrado del Tribunal Supremo (TS) Gonzalo Moliner, es un juez de tendencia progresista, miembro de la asociación Jueces para la Democracia, que ha dedicado buena parte de su carrera a dirimir cuestiones de ámbito social y laboral. Moliner, presidente desde 1998 de la Sala de lo Social del Supremo, entró en la carrera judicial en 1969 y 14 años después se implicó en el proceso de fundación de Jueces para la Democracia, siendo uno de los miembros del secretariado en la asamblea constituyente de esta asociación progresista.
Su perfil puede considerarse el opuesto al de su predecesor en el cargo, Carlos Dívar, conservador de fuertes convicciones religiosas que nunca formó parte de ninguna asociación judicial. El nuevo presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo se ha pronunciado en varias ocasiones de forma crítica respecto a la reforma laboral que, desde su mirada de experto, fue una ley "en cierto modo precipitada, en el sentido de que se hizo en pocos días".
En esa reforma, Moliner vio aspectos "especialmente problemáticos", como el "nuevo contrato de trabajo que permite al empresario rescindirlo en un tiempo indeterminado y sin causa, y que puede generar problemas ya que no todo el mundo pensará que se ajusta a la ley", según dijo recientemente en un encuentro de magistrados celebrado en Cádiz. En 1998, Moliner fue nombrado magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo y en 2004, miembro de la junta de gobierno del alto tribunal.
Cuatro años más tarde fue nombrado presidente de la Sala de lo Social del TS, cargo que ha desempeñado hasta ahora, cuando tendrá que asumir la presidencia del CGPJ y del Tribunal Supremo, tras una crisis sin precedentes en el Poder Judicial, que se ha visto sacudido por divisiones internas y el escándalo de los viajes en fin de semana de Carlos Dívar, que finalmente provocó su dimisión.
No obstante, esa división en el CGPJ ha sido la causa de que su elección se haya llevado a cabo por la mínima, exactamente con 12 votos a favor de los 20 vocales del Consejo que exige la ley para designar al presidente del Poder Judicial, una mayoría justa de tres quintos, muy lejos de la unanimidad que Dívar consiguió en 2008.
Moliner es autor de numerosos artículos en revistas especializadas y de varios libros, entre ellos "El recurso laboral de suplicación" (1991), "Los recursos en el proceso laboral de ejecución" (1996) y "Recurso laboral para la unificación de la doctrina" (2003).