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El Comité Federal del PSOE afrontará mañana, dividido en dos, la reunión más crucial de los últimos años para decidir su posición ante la investidura de Mariano Rajoy, con el pronóstico favorable a la abstención por el peso de Andalucía y de las federaciones que rechazan terceras elecciones.

El bloque del no cuenta con el respaldo de un buen puñado de territorios, como Cataluña, Baleares, País Vasco o Cantabria, pero asume que su derrota en el convulso Comité Federal del pasado día 1, que acabó con la dimisión de Pedro Sánchez, tiene visos de repetirse.

El enfrentamiento que hubo en aquella reunión a cuenta de la fecha del congreso del PSOE se reproducirá mañana, aunque se espera que el debate discurra sin la bronca que hubo hace tres semanas.

La gestora y su presidente, Javier Fernández, han tratado de aplacar los ánimos entre los barones territoriales, aunque no ha logrado hacer lo mismo con buena parte de la militancia, que en los últimos días, se ha rebelado en numerosas agrupaciones de toda España contra el viraje que pretende emprender el partido.

La llave para desbloquear el gobierno, después de dos elecciones y diez meses de parálisis, está en manos de los alrededor de 270 delegados que conforman ahora el Comité Federal tras las bajas de los miembros de la Ejecutiva disuelta de Sánchez.

En pasado día 1, de 239 compromisarios que votaron, 132 dieron la espalda al dimitido secretario general y 107, a su lado.

Diversas fuentes consultadas coinciden en que no tiene porque repetirse esta votación, pero los abstencionistas dan por hecho que ganarán con holgura por el arrastre de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón.

"El barco está virando. El PSOE es un barco grande y después de que solo se ha hablado del no en estos meses, no resulta sencillo", reflexiona con optimismo a EFE un alto cargo del PSOE andaluz.

Sin apenas fisuras, Andalucía es la locomotora de la abstención, aunque la presidenta de la Junta, Susana Díaz, llega al Comité Federal sin haber respaldado expresamente esta opción.

Tampoco lo han hecho el valenciano Ximo Puig, ni el castellanomanchego Emiliano García-Page, dependientes de Podemos para gobernar, pero sobre los que no hay dudas de que secundarán al PSOE andaluz.

Las discrepancias en este bando se centran en si una vez que se acuerde la abstención, los diputados deben votarla en bloque, como defienden Díaz y Fernández, o solo once de ellos, los precisos para que Rajoy salga investido.

Para evitar más disensiones en el Comité, la intención es que este asunto se dirima la próxima semana en el grupo parlamentario.

En el bloque contrario, no tiran la toalla, pero admiten que las posibilidades de que prevalezca el rechazo a Rajoy han menguado.

Lo admiten en público, como la líder del PSOE vasco, Idoia Mendia -"va a estar muy difícil que el no sea mayoritario"- y en privado.

"No hay mucho margen de sorpresa", confiesa a EFE un dirigente territorial alineado con Sánchez.

Los 'sanchistas' observan que "hay una disociación en el partido, porque lo que dicen los militantes no se refleja en lo que van a votar sus delegados" en el Comité Federal, como se queja a EFE una diputada que formó parte de la Ejecutiva disuelta.

Es el caso de Madrid, Castilla y León, Galicia, Asturias o Murcia, cuyos compromisarios se inclinan por la abstención o están divididos, mientras que sus afiliados apuestan mayoritariamente por el no.

El PSC es la federación más numantina, que mantendrá el rechazo a Rajoy a pesar de la presión de Ferraz y sus avisos de que la desobediencia podría replantear la relación bilateral.

El PSOE balear también está dispuesto a llevar la rebeldía hasta el final, mientras que País Vasco, La Rioja, Cantabria y Navarra apoyarán mañana el no, pero se plegarán a la disciplina de voto en el Congreso.

La facción que aboga por no tener miedo a nuevos comicios y por consultar a la militancia dejará patente el "malestar" por el cambio de rumbo.

"En el Comité se va a evidenciar el divorcio que hay en el partido", avisa a EFE otro diputado.

Además de cómo se consumará el final del "no es no" que Sánchez y los barones dejaron por escrito en la famosa resolución del pasado 28 de diciembre, la reunión del máximo órgano viene rodeada de varias incógnitas.

Una de ellas es qué texto se someterá a debate y si en ella se recogerá con claridad la palabra abstención o se empleará como eufemismo si se quieren o no terceras elecciones.

Tampoco se ha aclarado cómo será la votación, si secreta o por llamamiento público, aunque esta segunda opción es por la que apuesta Javier Fernández.

Los 'sanchistas' temen que pueda ser en urna para que los que apoyen la abstención se refugien en el anonimato y no sean apuntados por la militancia "cuando tengan que ir a los territorios a explicar qué han votado".

Otro interrogante es si Sánchez acudirá al Comité en su calidad de exsecretario general -tiene voz, pero no voto-, aunque todo apunta a que no lo hará.

Tampoco se prevé que lo hagan los otros exlíderes del PSOE, como Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba, aunque su respaldo a la abstención, como el de Alfonso Guerra y otros de la vieja guardia, han sido decisivos para arrinconar a los partidarios del no.

Aunque no hay convocada formalmente ninguna concentración mañana, la policía va a reforzar el dispositivo ante la sede de Ferraz ante el temor de que vuelva a haber protestas, como las que ha habido este mediodía.

CENTENARES DE PERSONES PIDEN EL NO A RAJOY FRENTE A LA SEDE DEL PSOE

Varios centenares de personas se han concentrado desde antes del mediodía en Madrid, frente la sede del PSOE en la calle de Ferraz, para pedir que el Comité Federal del partido de mañana no se pronuncie a favor de una abstención que facilitaría la investidura de Mariano Rajoy.

Los congregados pertenecen a agrupaciones socialistas de diferentes puntos de españa que exhiben pancartas con lemas como "No es no", "Democracia en el PSOE" y "No a Rajoy, un militante un voto".

También corean consignas como las de "No es no", "Somos socialistas", mientras exhiben rosas ya qyue la convocatoria se ha denominado la revolución de las rosas.

Las organizadoras de la protesta, Sonia Pillado y Aida Loira, de dos agrupaciones gallegas, han explicado que "no se puede permitir una abstención del PSOE porque es facilitar un gobierno del PP" y que lo que tiene que hacer la gestora de su partido es convocar un congreso extraordinario y unas elecciones primeras en la formación.

Las organizadoras han explicado que han convocado hoy la concentración y no durante la jornada en la que se reunirá el Comité Federal para no interferir en el debate del Comité Federal.

VARA: "DEL PSOE NO DEPENDE SOLO QUE HAYA GOBIERNO, TAMBIÉN VERDADERA OPOSICIÓN"

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, cree que, con los resultados "peores" de la reciente historia democrática del PSOE, el partido está en un sitio "clave", pues es "el único que puede permitir que haya gobierno y también el único que puede facilitar (...) que haya verdadera oposición".

"Desde ahí se puede reconstruir el futuro si hacemos un buen congreso", ha apuntado el líder de los socialistas extremeños en una entrada en su blog personal "El cuaderno de Guillermo".

En su opinión, para volver a gobernar en España, el PSOE tiene que hacer una de estas dos cosas: "O ganar unas elecciones" o entenderse "con otras fuerzas progresistas y conformar mayorías".

"De eso tendremos que hablar en nuestro próximo congreso. No es un asunto baladí, mejor dicho, es 'el asunto'", ha precisado.

Y en este asunto incluye el "modelo de partido" socialista y ha dicho: "Abordar lo que siempre nos dio miedo y ahora, que el miedo nos abandonó, quizás sea el mejor momento".

La otra gran cuestión que, a su juicio, se debe tratar es el proyecto para España, una España "incluyente, diversa, plural, solidaria y justa".

"Si fuimos capaces de llegar a una conclusión en Granada, ¿por qué no nos ponemos a trabajar en una propuesta que salga de nuestro próximo Congreso, abierta de par en par a los que estén dispuestos a construir país desde el diálogo y no desde las barricadas", ha reflexionado.

EL PSOE DE LA ABSTENCIÓN CONTRA EL PSOE DEL NO

Los partidarios en el PSOE de facilitar la reelección de Mariano Rajoy a través de la abstención y los que abogan por mantenerse en el no consideran que tienen motivos de peso para defender su posición, aunque con el denominador común de que las dos salidas tienen un efecto negativo para el partido.

Después de meses aferrado al "no es no" que predicó Pedro Sánchez, el partido se ha divido en dos bloques que mañana dirimirán su pulso en el Comité Federal.

Estos son los principales argumentos que van a esgrimir unos y otros en la reunión de mañana del Comité Federal:

ABSTENCIÓN

Mejor un PP en minoría

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"Peor que un gobierno en minoría de Rajoy es un gobierno con mayoría", ha sido el mantra que el presidente de la gestora, Javier Fernández, ha repetido en las últimas tres semanas para hacer ver que el PSOE tiene que evitar a toda costa ir a de nuevo a las urnas.

Los abstencionistas están convencidos de que con la fractura que sufre el partido, los resultados en unas terceras elecciones serían muy dañinos para el partido y seguirían perdiendo diputados.

Investidura sí, estabilidad no

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Fernández y otros dirigentes han hecho hincapié en que "abstenerse no es apoyar" y que facilitar el gobierno al PP es "una cuestión táctica, no ideológica".

Al tratarse de una abstención sin condiciones, el PSOE solo se compromete a facilitar la investidura, pero no la estabilidad, y el PP tendría que buscar el apoyo de otros partidos para aprobar los presupuestos del próximo año.

Desmantelar la 'obra' de Rajoy

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Los defensores de que eche a andar la legislatura estiman que el PSOE puede hacer valer sus 85 diputados para, con el apoyo de otros grupos como Ciudadanos y Podemos, desmantelar la obra política" del PP de los últimos cuatro años.

Si hubiera otros comicios, temen que PP y Ciudadanos pudieran sumar mayoría absoluta, lo que reduciría notablemente la capacidad de maniobra de los socialistas para influir desde la oposición.

Mantener el liderazgo de la oposición

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El PSOE consiguió en las dos últimas elecciones sus peores resultados históricos (90 y 85 diputados) y el temor es que pudieran empeorar aún más en diciembre.

"Sería un suicidio", han augurado varios cargos, que también han alertado del riesgo de que Podemos consumara el 'sorpaso' y se convirtiera en la fuerza hegemónica de la izquierda.

Sin tiempo para unos nuevos comicios

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La repetición de los comicios cogería al PSOE sin candidato, que tendría que ser elegido en pocas semanas en primarias, con la incógnita de saber qué aspirantes concurrirían y si ello podría agravar la crisis del partido.

La tensión en las federaciones complicaría además la elaboración de las listas y la activación de la maquinaria de campaña.

VOTO EN CONTRA

Mantener la coherencia

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Los 'sanchistas' no creen que haya habido nuevos elementos que motiven un giro de la postura sostenida por el PSOE en los últimos diez meses, por lo que remarcan la necesidad de mantener la "coherencia ideológica y política".

Alegan además que la abstención significaría un "viraje histórico", toda vez que los socialistas nunca han facilitado la investidura de un gobierno del PP durante la democracia.

La corrupción

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Además de los recortes en las políticas sociales de los últimos cuatro años, los simpatizantes del no ven inadmisible allanar la investidura de Rajoy cuando "el PP está de corrupción hasta las cejas".

Estiman que un apoyo indirecto a Rajoy supondría "indultar" y "blanquear" a un partido que no ha asumido ninguna responsabilidad por su presunta financiación irregular y que su regeneración pasa por ir a la oposición.

Pérdida de credibilidad

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Los ahora críticos sostienen que el PSOE echaría por la borda toda su credibilidad ante los votantes y se prolongaría el castigo que ya se arrastra desde 2011, además de quedar "inhabilitado" en su tarea de control.

"Sería regalar el gobierno al PP y la oposición a Podemos", ha avisado la presidenta balear, Francina Armengol.

Más fractura interna

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Con un partido roto por la mitad, los del no vaticinan que una abstención avivaría el malestar que hay en buena parte de la militancia y la división contaminaría el congreso que tiene que convocar la gestora en los próximos meses.

También se podría ver afectada la unidad en el grupo socialista en el Congreso ante las medidas que se hubieran de pactar con el PP.

Sin miedo a las elecciones

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Los 'sanchistas' reconocen que el PSOE no llegaría en buenas condiciones a unos nuevos comicios, pero subrayan que "no hay que tener miedo" a ellos porque la responsabilidad de que no hubiera gobierno sería compartida con otras formaciones.

También creen que una tercera oportunidad mantendría viva la aspiración de un gobierno alternativo y de cambio que no fue posible en los últimos meses. EFE

EL MARXISMO, LA OTAN, LA DEUDA Y RAJOY

Ni el abandono de los postulados marxistas, ni el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, ni la reforma exprés de la Constitución pudieron con el PSOE, un partido que en sus 137 años de historia se ha asomado varias veces al abismo. ¿Podrá sobrevivir también a Mariano Rajoy?.

Y es que la postura del PSOE ante la investidura del candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, que culminará un aciago mes de octubre que empezó con la dimisión de Pedro Sánchez al frente de la Secretaría General, ha quebrado a los socialistas, un divorcio más patente entre las bases, partidarias del no, y la gestora, que se decanta por dejar que eche a andar la legislatura.

Aunque la mayor parte de los diputados ya ha avanzado esta semana que acatará la decisión del Comité Federal, que se espera que sea la de abstenerse, no se han acallado las voces críticas que continúan oponiéndose a dejar que Rajoy siga gobernando.

Unas voces que se han podido escuchar en decenas de agrupaciones locales y provinciales, a tenor de las reuniones que ha habido por todo el país en las últimas semanas clamando por el "no es no".

Falta por comprobar ahora si el PSOE consigue reponerse de esta nueva fractura interna y, sobre todo, evaluar después las posibles consecuencias entre sus votantes, aunque para ello habrá que esperar a próximas convocatorias electorales.

No son pocas las veces en las que el PSOE parecía abocado a una crisis terminal, especialmente durante la Guerra Civil y el franquismo, pero no hay que remontarse tanto para encontrar otros momentos de supuesta agonía en la trayectoria del partido fundado por Pablo Iglesias. Éstas son algunas de las más graves ocurridas en democracia:

EL ABANDONO DE LAS TESIS MARXISTAS

Mientras se estrenaba la transición y recién aprobada la Carta Magna, Felipe González propuso en el Congreso Federal del PSOE de mayo de 1979 dejar de lado los principios marxistas.

La propuesta fue rechazada, González renunció a ser reelegido como secretario general, y los socialistas crearon su primera gestora de la democracia, presidida por José Federico de Carvajal.

Fueron sólo cuatro meses, hasta que en septiembre de ese mismo año se aceptaron las tesis de González y el PSOE se desentendió del marxismo, pero en ese tiempo las posturas entre unos y otros estuvieron tan enconadas que se temió por la desaparición de las siglas.

OTAN, DE ENTRADA NO

González había prometido que, si gobernaba, convocaría un referéndum para decidir sobre la OTAN, en la que España había ingresado con el Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo y contra la que los socialistas habían desarrollado una intensa campaña, bajo el popular lema "OTAN, de entrada no".

El PSOE ganó las elecciones del año 1982 con una mayoría absolutísima de 202 escaños -récord nunca superado hasta ahora- y, poco después, González cambió de opinión sobre la OTAN y defendió la permanencia en la Alianza Atlántica.

La dirección socialista tuvo que hacer una titánica tarea para convencer a propios y ajenos de este sorprendente viraje, que acabó con un referéndum, el 12 de marzo de 1986, en el que el sí a la OTAN se impuso con el 52,49 por ciento.

LA REFORMA EXPRÉS DE LA CONSTITUCIÓN

Con España inmersa en la peor crisis económica en décadas, y a solo tres meses de las elecciones generales, José Luis Rodríguez Zapatero anunció el 23 de agosto del 2011 una reforma exprés de la Constitución para garantizar la estabilidad presupuestaria y dar prioridad al pago de la deuda.

Fue la gota que colmó el vaso de un desmotivado electorado socialista, que ya había dejado constancia de su malestar en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de ese año, en las que el PSOE perdió casi todo su poder territorial.

Un año antes, en mayo de 2010, el Gobierno socialista de Zapatero había aprobado además unos recortes en el gasto -congelación de pensiones y bajada del sueldo a los funcionarios incluidas- que le costaron una huelga general, la más justificada de la democracia según dijeron entonces líderes históricos de UGT y CC.OO.

Y otro coste de todo ello, en este caso electoral: el PSOE se dejó por el camino 59 diputados. El 20 de noviembre de 2011 sólo consiguió revalidar 110 diputados de los 169 que tuvo en 2008.

OTROS CISMAS

Las desavenencias internas entre los socialistas con la política económica del Ejecutivo de González condujeron a la huelga general del 14 de diciembre de 1988, detonante del distanciamiento entonces entre la UGT y el PSOE.

Diez años después, la bicefalia entre Joaquín Almunia (secretario general) y Josep Borrell (candidato a la Presidencia) y las maniobras que llevaron a la dimisión de este último también dividieron a los socialistas, caldeados ya por los múltiples casos de corrupción que habían salpicado los últimos años de Gobierno de González.

Y una polémica más reciente: la defensa del PSC de una consulta pactada para resolver el problema catalán llevó a los dos partidos "hermanos" al borde de la separación en 2013, aunque finalmente la sangre no llegó al río y las fricciones se solventaron con el compromiso de hablar más las cosas.

Encrucijadas todas ellas de las que el PSOE ha salido a flote hasta ahora. ¿Lo logrará una vez más?.